El deslumbramiento del primer amor
“Llámame por tu nombre” está nominada a cuatro Oscar, incluyendo mejor película. El filme narra con naturalidad el despertar amoroso gay de un adolescente en tierra italiana.
Italia, década de 1980. El adolescente Elio (Timothée Chalamet), sofisticado y de familia culta, liberal y privilegiada, conoce a Oliver (Armie Hammer), un graduado universitario experto en arte antiguo que asiste a su padre (Michael Stuhlbarg). El paisaje estival (Cremona, al norte de Italia) será el idílico entorno en el que Elio se enamora de Oliver y despierta a su sexualidad homosexual, no sin algunos vacilantes escarceos con muchachas. Entre el sobresalto emocional y la ternura apasionada y ociosa del primer amor, Llámame por tu nombre ha conquistado a la crítica internacional con su abordaje virtuoso, natural y desprejuiciado del romance gay.
El filme de Luca Guadagnino con guion de James Ivory (adaptación de la novela homónima de André Aciman) ha pasado por varios festivales (Sundance, Berlín, Toronto, Nueva York) y las grandes premiaciones de temporada y ahora llega a los Oscar, en simultáneo con su estreno local. Llámame por tu nombre suma cuatro nominaciones (a mejor película, mejor actor principal por Chalamet, mejor guion adaptado y mejor canción original por The mystery of love de Sufjan Stevens), y si bien seguramente no ganará el premio mayor (que se debaten con ánimo cantado La forma del agua y Tres anuncios por un crimen) muchos creen que debería ser ella la agasajada.
Por lo pronto, la cita en el Dolby Theater de Los Ángeles supone un acontecimiento superlativo para Chalamet, que protagoniza la cinta de Guadagnino, pero también tiene un papel en Lady bird ,otra nominada a mejor película, y que de llevarse el Oscar sería el actor más joven en hacerlo. Y es una instancia de reconocimiento global para el poco conocido Guadagnino, director italiano de 46 años responsable de unos pocos largometrajes (A bigger splash, Io sono l’amore, Melissa P.) y que en estos momentos prepara la remake de Suspiria de Dario Argento y no descarta secuela de Llámame por tu nombre con los mismos actores y personajes, un poco a la manera del seguimiento cronológico y físico de los filmes de Truffaut junto a Antoine Doinel.
“Crecí como un muchacho homosexual y me volví una mejor persona al conocer a gente que quería y amaba”, dijo el cineasta. Y completó: “Esa es mi experiencia personal. Y no es que quiera subestimar el poder negativo de la homofobia, pero entiendo que la mejor manera de reaccionar a ella es mostrando cómo el deseo humano puede sacar lo mejor de las personas en vez de lo peor. De alguna manera los autores tenemos la responsabilidad de usar nuestras herramientas para contar historias que resuenen en una multitud a modo de reminiscencia. A veces reiterar la idea cierta de que existe opresión por ser gay puede llevar a fortalecer indirectamente esa tendencia. Por eso Llámame por tu nombre fue tan bien recibida, porque es acerca de personas que te gustaría ser y que reconocen su otredad en la mirada del otro”.