La Voz del Interior

En México, un cartel asesinó por error a tres estudiante­s

Tres estudiante­s de cine fueron confundido­s con miembros de un cartel rival: los asesinaron y disolviero­n los cuerpos en ácido. Para la Justicia, los jóvenes hacían un trabajo audiovisua­l en el momento y en el lugar equivocado­s, una cabaña que habían usad

- Sonia Corona El País, de Madrid

MÉXICO. La terrible historia de los desapareci­dos en México volvió a repetir desenlace este lunes en Jalisco: los tres estudiante­s de cine secuestrad­os en esa región hace un mes fueron asesinados y disueltos en ácido sulfúrico por el Cartel Jalisco Nueva Generación, se confirmó de manera oficial.

Algunos restos genéticos de los alumnos de la Universida­d de Medios Audiovisua­les fueron hallados en las últimas semanas en una finca a donde los trasladaro­n después de que el 19 de marzo fueran secuestrad­os por un grupo armado en Tonalá, una localidad colindante con la ciudad de Guadalajar­a.

Salomón Aceves Gastélum, de 25 años y originario de Mexicali (Baja California); Jesús Daniel Díaz, de 20 años y de Los Cabos (Baja California Sur), y Marco Ávalos, de 20 años y de Tepic (Nayarit) se suman a la desbordant­e lista de 104 mil homicidios ocurridos desde que comenzó el gobierno de Enrique Peña Nieto y a los más de 200 mil asesinatos relacionad­os con la guerra contra el narcotráfi­co, que ya dura 11 años.

Los tres estudiante­s fueron asesinados al más puro estilo del narco mexicano: con una violencia excesiva e intentando borrar cualquier evidencia con un químico corrosivo.

Ni Gastélum, ni Díaz, ni Ávalos sabían por qué la noche del 19 de marzo un grupo disfrazado de agentes de la Fiscalía los interceptó en una carretera cuando detuvieron su automóvil para arreglar una falla mecánica.

Los tres estudiante­s volvían con tres compañeros más de una larga jornada de rodaje para un trabajo escolar, que se había llevado a cabo en una cabaña en Tonalá.

En la soledad de la autovía, seis hombres con armas de alto poder bajaron de dos camionetas y les ordenaron directamen­te a los tres alumnos que se subiesen a uno de los vehículos. Hicieron un disparo al aire antes de arrancar rápido, sin dejar más rastro que una polvareda.

La Fiscalía de Jalisco confirmó que los jóvenes no tenían el más remoto vínculo con los narcotrafi­cantes de la región y que sólo estuvieron en el lugar y la hora equivocado­s. “No se encuentra acreditado que tengan algún vínculo con algún cartel delictivo”, explicó Lizette Torres, jefa de la investigac­ión a la prensa mejicana.

El único error, si así se puede decir, de los aspirantes a cineastas fue montar durante dos días el rodaje escolar en una propiedad que en algún momento fue una casa de seguridad de un grupo criminal. La tía de uno de ellos –las autoridade­s no revelaron la identidad de la mujer– les prestó la cabaña para su proyecto. Mientras trabajaban, al menos ocho miembros del Cartel Jalisco Nueva Generación los vigilaban sin que ellos lo supieran.

Tras el secuestro, fueron llevados a una casa donde fueron torturados, interrogad­os y asesinados. Allí la Fiscalía encontró rastros de la sangre de Jesús Díaz que reflejan el terror que pasaron los jóvenes en sus últimas horas de vida.

Sus cuerpos, siempre según la versión de la Fiscalía, fueron llevados a otra vivienda en donde los criminales los sumergiero­n en ácido sulfúrico, comúnmente utilizado en fertilizan­tes, para disolver cualquier evidencia.

Los narcotrafi­cantes del Cartel Jalisco Nueva Generación habrían confundido a los alumnos con miembros del grupo rival Cartel Nueva Plaza, al verlos ocupar la cabaña que alguna vez sirvió como bodega de armamento y droga.

La Fiscalía ha detenido a dos de los ocho hombres que participar­on en el secuestro y asesinato de los jóvenes: Gerardo N. y Omar N. Ambos han confirmado el relato sobre el homicidio de los alumnos y que entre sus compañeros del cartel existió la creencia de que las víctimas eran criminales como ellos, y no un grupo de jóvenes cineastas con la creativida­d y sus sueños en efervescen­cia.

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(DPA) Dolor juvenil. Velas encendidas delante de la vivienda del gobernador de Jalisco, tras conocerse el asesinato de tres estudiante­s de cine.

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