La Voz del Interior

El aborto casi no llega a la Justicia

En siete años, hubo en Córdoba 37 casos de aborto punible judicializ­ados. Entre 2011 y 2017 fueron imputadas 57 personas.

- Laura Giubergia lgiubergia@lavozdelin­terior.com.ar

En los últimos siete años, en la Justicia de Córdoba se han tramitado 37 causas vinculadas con el delito de aborto, por las que resultaron imputadas 57 personas, según un informe del Centro de Estudios y Proyectos Judiciales del Tribunal Superior de Justicia (TSJ).

A un mes de iniciado el debate por la legalizaci­ón del aborto en el Congreso Nacional, y a seis años de la suspensión del protocolo para la atención de abortos no punibles en Córdoba, el número de casos judicializ­ados en la provincia desde

2011 hasta la actualidad denota una baja incidencia de esta figura en el fuero penal.

El 54 por ciento de las causas se tramitó en Capital, y de los 57 imputados, el 60 por ciento fueron mujeres. Del total de las causas, el

54 por ciento continúa en etapa de investigac­ión, el 14 por ciento se encuentra elevado a juicio, y el 32 por ciento restante ya fue sentenciad­o.

Del análisis de los tipos de delito consignado­s en el informe, sólo en el 25,4 por ciento se especifica que se trató de abortos sin consentimi­ento de la mujer gestante.

Soledad Deza es abogada, coordinado­ra de litigios de Católicas por el Derecho a Decidir de Tucumán, y tuvo a su cargo la defensa de “Belén”, una joven tucumana que fue condenada por un aborto espontáneo y llegó a estar casi tres años presa. Luego fue absuelta por la Corte Suprema de Justicia. “La verdad es que hablar de muchas o de pocas causas penales es algo relativo cuando hablamos de un evento obstétrico adverso en la vida de una mujer, sea por su voluntad o sin ella”, valoró la letrada.

“Un aborto consentido es un aborto decidido por la gestante, y en su mayoría se judicializ­an cuando ocurre algún tipo de complicaci­ón y la mujer debe ser ingresada al sistema de salud. El hecho de que se judicialic­e a la mujer o a quien lo realiza no deja de criminaliz­ar un aborto decidido”, opinó Deza, consultada por LaVoz.

Y se explayó: “Independie­ntemente de que puedan parecer pocas las causas penales tramitadas por aborto, el proceso penal en sí mismo es vivido como un castigo, más si está vinculado a la decisión de la mujer”.

Para Deza, no hay dudas de que los casos llegan a la Justicia en su mayoría por alguna complicaci­ón que pone en riesgo la vida de mujer. “A ese riesgo que corrió se suma la filtración de la confidenci­alidad: hubo alguien que violó el secreto profesiona­l”, puntualizó.

“Que en la estadístic­a figure un caso de aborto con consentimi­ento seguido de muerte evidencia cómo la judicializ­ación se produce generalmen­te a partir de una complicaci­ón, pero al mismo tiempo muestra cómo la ilegalidad condena al subregistr­o, porque habrá muchos otros casos atendidos anotados con otros diagnóstic­os”, describió Deza. Y destacó que aún hay profesiona­les que, para preservar a la mujer, evitan consignar la causa de aborto en la historia clínica.

“Quien decide abortar y quien realiza un aborto, sea de manera onerosa o gratuita, se expone a la judicializ­ación. En todos los casos, el mensaje es que no abortes ni ayudes a abortar”, concluyó Deza.

Nula incidencia

El fiscal de Cámara Marcelo Hidalgo, quien ha intervenid­o en causas por aborto, consideró que los números estadístic­os muestran la nula incidencia de penalizaci­ón de las conductas contemplad­as en la figura de aborto.

“El sistema penal demuestra que es muy poco, casi nada, lo que puede hacer frente a esta problemáti­ca”, manifestó el fiscal, y agregó: “Si quiere prevenir o investigar, no se lo hace”.

“En los 30 años que llevo trabajando en la administra­ción de Justicia, no conozco caso de una mujer condenada por hacerse un aborto, aunque sí de terceros involucrad­os”, describió.

Hidalgo cuenta que le tocó investigar y conocer de cerca la problemáti­ca del aborto, por lo que considera determinan­te el acompañami­ento del Estado para garantizar condicione­s de salubridad. “Una mujer en esta situación no puede quedar expuesta, y el Estado no puede abandonarl­a”, sentenció.

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El comienzo de un proceso. La decisión de interrumpi­r el embarazo no llega a las estadístic­as oficiales y también es una excepción en los Tribunales.
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