Otro clima en la Gloria
Así se prepara el Albirrojo para la “final” del lunes contra Flandria. Con un ánimo renovado y mucha unión, el plantel buscará meterse al Reducido. Es una semana decisiva.
El cielo tormentoso sobre la Agustina, el predio que posee Instituto camino a Jesús María, indica que en cualquier momento llueve. Ya se viene el agua. Pero dentro de una de las canchas, en la que se entrena el plantel profesional tras el agónico empate 1-1 ante Agropecuario, el clima es otro. Muy distinto. Se trabaja a full, metidos como nunca, pero también se nota que hubo un cambio. Un clic.
Unos minutos después llegará la evidencia. El entrenador Darío Franco se mete en el centro de un “loco” que servirá para cerrar la práctica junto a sus jugadores. Y cuando se consagra al equipo ganador, habrá abrazos y risas junto con el técnico, que son captadas por el lente de LaVoz.
“El clima cambió, como lo podrás haber visto vos hoy en la práctica. Sacamos adelante una situación complicada. Siempre me acuerdo del partido con Los Andes, que si no hacía ese gol “Vitrola” (por Víctor López) sobre la hora nos metíamos en zona de descenso. Ahora tenemos una final con Flandria y nos estamos preparado para eso. Hay un grupo unido, contento. Hay que meterse en el Reducido y ahí se verá”, cuenta Matías Nizzo, que tiene una felicidad distinta, especial.
“Sacale una foto a Matías, que acaba de ser papá y la nena viene con el pan abajo del brazo”, lo charla el doctor Gabriel Oviedo al propio Nizzo, quien fue padre de Sofía, su segundo hijo (tiene un niño de 4 años, Valentino).
“Vamos a ir a hacer nuestro partido en Flandria. La idea va a ser sumar, si se puede ganar. Queremos traernos un buen resultado y quedar lo más arriba posible. El grupo está bien. Hemos pasado semanas complicadas, pero gracias a Dios el grupo siempre respondió, salió adelante. Estamos con un gran ánimo para encarar lo que viene. Hay que aprovechar estos momentos y trabajar con el profesionalismo de siempre”, agrega el defensor Esteban Goicoechea, otro de los que ha cumplido cada vez que el propio Franco lo requirió.
El rival, todo un tema Flandria será local de la Gloria el lunes a las 15.30 (toda la fecha 25ª se jugará en el mismo horario) y llega ya con la confirmación de haber perdido la categoría.
En el plantel albirrojo, la idea es encarar este cotejo sin pensar en el rival y en la forma en que saldrá a jugarles, más allá del análisis que se hace siempre del equipo que se enfrentará. “No tenemos que pensar demasiado en eso, sí saber cómo juega, pero no pensar en su situación. Esos jugadores van a querer demostrar que son del Nacional B y se van a ‘matar’. Por otro lado van a estar distendidos, sin presión. Instituto tiene que pensar en sí mismo y en ganar. Si este equipo se clasifica al Reducido será merecido. Se ganaron partidos como el de Gualeguaychú o el de Riestra, donde había que demostrar. El equipo hizo cosas para estar. Que no se jugó como todos queríamos, estamos de acuerdo. Pero estamos en carrera”, analiza Diego Klimowicz, mánager del equipo, quien acompaña siempre al plantel y estuvo a cargo del armado de la plantilla.
“Estamos contentos y con muchas ganas de seguir jugando los partidos como lo venimos haciendo. Flandria no se juega mucho, pero nosotros sí. El grupo está unido y ahora más que nunca. Sabemos que es la recta final. El capitán (Víctor López) y el técnico nos piden que estemos todos juntos. Hay que pensar en Flandria y no volar con la cabeza hacia más adelante. Tenemos esa final y estamos mentalizados en ello”, cuenta el delantero Mauricio Tévez, que ha sido regularmente titular de delantero por afuera o de “9”, y anotó un gol ante Nueva Chicago.
“El grupo está fuerte y con ganas. Pero hay que ir partido a partido. Viene Flandria y no será sencillo”, expresa “el Facha” Castelli, autor de goles clave.
Para el cotejo del lunes, Franco no podrá contar con los suspendidos Ignacio Antonio y Ezequiel Bonacorso. “Me muero por estar, pero apoyaré de afuera. El equipo está muy unido para encarar esta final”, cierra “Nacho”.
Está claro, cambió el clima en Alta Córdoba. Y está saliendo, por fin, el sol.