Un terraplén de tierra y basura por la construcción del Procrear
Aún no hay ni una familia viviendo en las casas construidas para el Procrear Liceo, en el norte de la ciudad de Córdoba, y los habitantes de barrios vecinos ya reclaman por sus consecuencias.
El problema es un gran terraplén de tierra, escombros y basura que recorre más de 200 metros de forma paralela a la calle Eugenio María Hostos, dentro del predio del Liceo Militar General Paz.
Es una enorme masa –que en lugares está cerca de alcanzar los 10 metros de altura y los 40 de ancho– en la que se encuentran ladrillos, sillas rotas, vidrios de automóviles, trozos de asfalto, caños, hierro, alambre y bolsas de todo tipo, llenas y vacías, grandes, medianas y pequeñas, de plástico, de lona y de tela.
Si la obra de Circunvalación pasara cerca del lugar, nadie dudaría de que el gigante terraplén es parte de la obra; sin embargo, no existe relación y la enorme pared está ahí por un acuerdo entre el Liceo Militar General Paz –donde se encuentra– y la empresa constructora del barrio Procrear Liceo.
“Cuando empezaron a construir el barrio, hace unos tres o cuatro años, aparecieron los camiones con tierra. Esa montaña luego empezó a ser llenada con basura, poda, parte de obras de cloacas, escombros, tachos y orgánicos; y después de vuelta a tapar con tierra. Son capas de tierra, basura, tierra y basura hasta la altura que hoy tiene, de más de siete metros”, expresó Alejandra Becchio, una vecina del barrio que, junto con otros, viene protestando y presentando recursos para erradicarlo.
Si bien mencionan el cambio en la imagen del lugar, ya que pasaron de tener en el barrio un terreno verde con animales y árboles de bosque nativos a una pared de tierra y basura, también destacan problemas que surgen desde el movimiento de suelo realizado.
“Sufrimos por la mugre, alacranes, ratas y animales muertos que causan olor. Ni hablar de la tierra que vuela constantemente con el viento norte”, agregó.
“Al problema de la basura, el olor y no poder respirar, hay que mencionar la inseguridad. Desde ahí arriba, donde se juntan algunas personas, se ve toda mi casa, el patio y a los vecinos. Me han robado porque pueden ver desde ahí todo”, mencionó Luis Gatti.
Pese a las reiteradas quejas, manifestaciones públicas con cortes de calle y solicitudes a funcionarios, el terraplén sigue sin quitarse y la basura acumulándose. Incluso durante el recorrido que realizó ayer La Voz se podían apreciar descargas de tierra recientes.
Basural a cielo abierto
La imagen satelital del sector muestra un quiebre contundente que asusta.
Una cortina de árboles dentro del predio del Liceo se corta abruptamente por el marrón claro característico de los suelos arrasados por las maquinas, y las pilas de material arrojado por los camiones se distinguen entre los caminos construidos para movilizarse.
Incluso algún desprevenido podría confundirlo con una pequeña cantera sin trabajar. Pero el problema va más allá del desmonte y del movimiento de suelo. El problema son los residuos.
Desde la Secretaría de Ambiente de la Provincia fueron muy claros: “Ese espacio en Parque Liceo es un basural a cielo abierto identificado que ha sido notificado a la Municipalidad”.
Funcionarios municipales indicaron que no recibieron denuncias por parte de los vecinos como para poder actuar al respecto, y que el terraplén no es un basural, sino un acopio de materiales –tierra y algún escombro– tras un acuerdo entre privados.
“Hemos hecho un pedido de informe al gobernador sobre porqué dicen que ahí hay un basural, es sólo un amontonamiento de tierra”, apreció el coronel Alejandro Testa, director del Liceo.
“Es muy molesto para los vecinos. Yo lo caminé los días de viento y resulta realmente serio, es inhabitable. Voy a pedir la intervención al ministro (Oscar) Aguad –Defensa, por ser dentro del Liceo–, solicitando que se busquen otras alternativas para garantizar la seguridad en el predio”, indicó el concejal Juan Balastegui.
Cuando el concejal menciona el terraplén haciendo referencia a medidas de seguridad, es por la versión más repetida sobre el porqué de su construcción.
“Eso fue antes de mi gestión, pero imagino que fue por seguridad, para que no se pueda ingresar porque en ese lugar estaban los alambrados rotos”, agregó el coronel Testa. Decenas de miles de metros cúbicos de tierra –y basura– para suplantar alambrados.