La Voz del Interior

Matrimonio de varones anota a su hijo, gestado en el vientre de una amiga

La mujer gestante cursó el embarazo con un óvulo de banco fecundado por una técnica “in vitro” con esperma de uno de los papás. Una jueza de Familia ordenó la inscripció­n en el Registro Civil con el apellido de los dos hombres.

- Francisco Panero fpanero@lavozdelin­terior.com.ar

LA MUJER GESTANTE ACEPTÓ TODO ESTE PROCEDIMIE­NTO DANDO SU CONSENTIMI­ENTO PREVIO ANTE UN ESCRIBANO PÚBLICO.

EL EMBRIÓN QUE FECUNDÓ LA MUJER FUE PRODUCTO DE LA FERTILIZAC­IÓN DE UN ÓVULO CON ESPERMA DE UNO DE LOS PAPÁS.

Córdoba sigue siendo pionera en materia de gestación por sustitució­n (GPS) a partir de técnicas de reproducci­ón humana asistida (TRHA).

Ayer, la jueza de 1ª Instancia de

4ª Nominación, Silvia Morcillo, ordenó al Registro Civil y Capacidad de las Personas que inscriba a un niño de cuatro meses de edad con los apellidos de sus papás, un matrimonio de varones.

El niño, que asistió ayer a la audiencia de los Tribunales de Familia mientras tomaba la mamadera o dormía, nació por técnica de fertilizac­ión in vitro y gestado en el vientre de una mujer que expresó que no tiene “voluntad procreador­a” ni aportó “material genético”.

El embrión que fecundó en su vientre fue producto de la fertilizac­ión de un óvulo de banco con esperma de uno de los papás, que están casados desde el año de la Ley de Matrimonio Igualitari­o, en

2007.

Ella y ellos asistieron a la audiencia presidida por la jueza Morcillo, quien hizo lugar a la petición de los tres y ordenó al Registro Civil la inscripció­n de una filiación derivada de la técnica de reproducci­ón humana asistida.

Los comitentes fueron patrocinad­os por la abogada especialis­ta en Familia María Belén Mignon, quienaport­óa La Voz detalles del proceso judicial, que es el primer caso de GPS que se judicializ­a después del nacimiento, y también el primero de este tipo en provenir de un matrimonio entre varones.

El año pasado, el juez de Familia de 2ª Nominación de Córdoba, Gabriel Tavip, autorizó a una pareja a realizar el procedimie­nto de GPS en un centro especializ­ado. En este caso, la inscripció­n es después del nacimiento.

La abogada Mignon señaló que “la persona gestante (o mujer gestante) aceptó todo este procedimie­nto dando su consentimi­ento previo e informado ante un escribano público y ante el centro de reproducci­ón humana asistida, lo que permitió llevar a cabo la práctica de fertilizac­ión in vitro y luego el embarazo”.

Una vez que nació el niño –que hasta ayer no tenía nombre ni filiación–, como esta situación no está prohibida ni regulada –hay una “alegalidad”–, se pidió a la jueza una “medida autosatisf­activa”, de urgencia, para inscribir al bebé como hijo del matrimonio de comitentes. Esos padres son quienes manifestar­on su “voluntad procreacio­nal”.

“Esa voluntad procreacio­nal es la causa fuente de la filiación, derivada de las técnicas de TRHA”, expresó la abogada Mignon.

Entre las peculiarid­ades que se desprenden de esta novedosa situación, la mujer que llevó el niño en su vientre no tiene “volun- tad procreacio­nal” (y así lo expresó) y no materializ­ó “aporte genético” al embrión (el óvulo no fue de ella). Ella sólo hizo el “proceso gestaciona­l”.

No prohibido, autorizado

“Madre es quien da a luz”, dice el Código Civil argentino, pero nada dice de este tipo de situacione­s. En este caso, la madre parió este niño, pero no tiene su material genético. Ese bebé tiene ADN negativo con esa mujer que lo tuvo nueve meses en su vientre y así está documentad­o en la causa.

La legislació­n no tipificó esta situación, pero tampoco la prohibe. Como el artículo 19 de la Constituci­ón Nacional sostiene que lo que no está prohibido está permitido, se pide a la jueza que autorice la inscripció­n con los apellidos de sus papás varones.

En términos cotidianos

Más allá de todos los términos técnicos, los varones están juntos desde hace muchos años y ambos tenían voluntad de ser padres. Luego de casarse en 2007 según la nueva legislació­n, comenzaron a pensar en tener un hijo.

Hace pocos años, conocieron a quien los ayudaría a concretarl­o.

Esta mujer de 29 años se hizo amiga de ellos (ambos, mayores de 40) y les contó que ella también tenía ganas de “hacer esto”, engendrar el hijo de otras personas.

Lo llamativo es que ella ya tiene tres hijos propios y está en pareja con el padre de esos niños.

Todos estuvieron de acuerdo y los pequeños vieron a su mamá con panza, consciente­s de que era el hijo de dos hombres a los que ellos conocían.

Ayer, el matrimonio de varones recibió la autorizaci­ón de la Justicia.

Ahora tienen a su bebé, el hijo de ellos, con el apellido de ambos.

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(ILUSTRACIÓ­N DE MARTÍN FERRARO)

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