Ivanna Madruga quiere renovar el tenis femenino en Córdoba
Apuesta por el estilo Federer. Ve con optimismo la llegada de Calleri a la AAT. Recibió el reconocimiento de su ciudad.
RÍO TERCERO. Ivanna Madruga
(57 años) hace medio siglo que se dedica al tenis. Fue top 14 del ranking mundial entre 1977 y 1984, época en que se consagró como la número uno en Argentina y se ubicó entre las seis del mundo en dobles.
El jueves pasado recibió “el reconocimiento más importante” –según lo calificó ella– de Río Tercero, su ciudad, declarada Capital Nacional del Deportista.
Al descubrir la alegoría que la ubica entre los deportistas notables de la ciudad, no pudo contener las lágrimas y recordó a cada uno de quienes la acompañaron a recorrer el mundo con su raqueta. Hasta se emocionó al memorar su decisión de entrenar en Río Tercero y no en Buenos Aires, como lo hacían desde aquel deporte de elite, en la década del ‘70.
En diálogo con Mundo D, citó que sigue “enamorada del tenis”, pasión que arrancó desde que era una niña. Mencionó que su mejor torneo fue el Abierto de Roma, en
1979, con su derrota con Chris Evert. Y no dejó de citar que Roland Garros se ubica entre su Grand Slam favorito.
Madruga se mostró optimista respecto a la llegada de Agustín Calleri frente a la Asociación Argentina de Tenis y dijo que tiene “expectativas con la nueva gestión”. Ponderó que “un jugador es el presidente”. Entendió que siendo cordobés “motivará al tenis de la provincia”. Y espera que también “haga una mirada del tenis femenino cordobés”.
Anticipó, asimismo, que el 2 de junio arranca, en el Kempes, una capacitación gratuita que ella coordinará, dirigida a entrenadores de tenis femenino, en una ini- ciativa impulsada por la Agencia Córdoba Deportes.
Interpretó que su intención es “trasladar a las mujeres el tenis que juega Roger Federer”.
Respecto a la actualidad en esta disciplina opinó que ve al tenis femenino “vulnerable”, a diferencia del masculino que dijo tiene otro nivel con varios en el ranking mundial. Mencionó que hay que entender que es distinto entrenar a mujeres que a hombres, por diferencias biológicas y distintos comportamientos.
Además, evaluó que hace tres décadas se retiró, sin que aún aparezca una tenista cordobesa que se mantenga como ella en el ranking mundial. Subrayó que “por una cuestión de empatía dentro de una cancha”, le gustaba la pasión que ponía David Nalbandian al jugar, que luego dijo no encontró en otros tenistas argentinos.
Agradecimiento
Satisfecha con la alegoría ubicada en el predio del polideportivo municipal, opinó que siente una emoción indescriptible: “Está bueno que llegó el reconocimiento porque me lo merezco. No me la creí, tuve la suerte de jugar bien al tenis porque tuve disciplina, actitud, responsabilidad. Hice las cosas bien, eso le traslado a mis alumnos. Fue a pulmón, nadie regalaba nada, fue un sacrificio”.
Se remontó a sus comienzos, con nostalgia: “Le puse garra, era una pueblerina que competía con los grandes en el mundo. Eso te hace diferente, especial. A los 15 años no salía, tenía disciplina y era consecuente”.
Se mostró conforme con su carrera deportiva. Se describió como una mujer manejada por las emociones. “Hasta el último día de mi vida estaré involucrada con el tenis, me da alegría, saca lo mejor de mí. Sigo eligiendo al tenis”, cerró a metros de una cancha de polvo de ladrillo, donde da clases.
Minutos después, la tenista se sentó en el sillón de la peluquería, en preparativos para recibir el reconocimiento de su ciudad. “A la que amo como al tenis”, acotó, mientras acomodaba las cuerdas de su raqueta.