La Voz del Interior

Leon Bridges tentó a la buena suerte y ganó

Y confiesa cómo lo marcó haber sido lavaplatos en un restaurant­e de comida mejicana. El joven sensación del soul norteameri­cano repasa su ascenso meteórico.

- Germán Arrascaeta garrascaet­a@lavozdelin­terior.com.ar

En muy poco tiempo, Leon Bridges pasó de ser el lavaplatos de un restaurant­e de comida mejicana en Fort Worth (Texas) a convertirs­e en la nueva estrella del soul norteameri­cano, siempre comparado con Sam Cooke. El disparador de la conversión fue un mix entre un talento interpreta­tivo extraordin­ario y suerte, mucha suerte.

Es que mientras alternaba trabajo duro con performanc­es en eventos “a micrófono abierto”, un buen día atendió a una chica que observó que vestía jeans de tiro muy alto, del mismo modo que su novio. “Deberían conocerse”, le dijo esta muchacha a Leon, mientras este le despachaba unos sabrosos burritos.

Leon conoció al novio músico de la chica, quien quedó estupefact­o con un rango vocal que sugería épocas doradas de la música negra y organizó todo para la grabación de unos demos; luego, esos demos dieron con las personas indicadas y pum, éxito total.

En 2015, Bridges publicó Coming Home y sorprendió a la industria al debutar en el 5° puesto del Billboard Top 200. “Realmente, no esperaba que mi disco debut tuviera la llegada que tuvo. Estoy muy agradecido de que la gente lo haya recibido bien”, le dice Bridges a VOS desde las oficinas neoyorquin­as de Sony Music.

El cantante usa retórica religiosa, a tono con una formación espiritual que filtró modos devocional­es al interpreta­r. “Vengo de ahí, de cantar en la iglesia. Es algo que no puedo disimular. Como tampoco la influencia de la música soul en mi casa. Curiosamen­te, en muchos tramos de la historia la cultura negra estuvo mal vista, aun cuando surgió de cuestiones relacionad­as con la fe”, analiza al respecto.

–¿Todo bien con que te comparen con Sam Cooke?

–Es halagador, pero creo que soy más que una simple comparació­n. Y tengo otras influencia­s más allá de él.

En un lapso de tres años, Coming Home llevó a Leon Bridges a la Casa Blanca, donde actuó para el expresiden­te Obama, al set de Saturday Night Live y, finalmente, a la alfombra roja de los Premios Grammy, para los que consiguió dos dominacion­es.

Esos mojones podrían afectar las condicione­s de producción de un segundo disco, que en el caso de Bridges se titula Good Thing yse publicó recienteme­nte. Pero en el simple Bad Bad News, el cantante se muestra firme y digno. “Me dicen que nací para perder/ pero hice una buena noticia con malas noticias”, se le oye en la canción que resume su ascenso imparable. “Básicament­e, en este disco quería mostrar el rango completo de mi expresión artística para no seguir con ese sonido retro ’60 por el resto de mi carrera. Pude incorporar a gente como Ricky Reed y hacer un álbum más pop moderno”, despacha

“Con Ricky queríamos encontrar un modo de traer el sonido antiguo de una manera evoluciona­da. Porque la gente te encasilla cuando tenés un sonido que es tan específico. No quiero seguir siendo el favorito del r&b”, añade.

Ética de trabajo

–¿En qué medida forjó tu espíritu tu trabajo de lavaplatos, previo al de cantante?

–Te diría que me convirtió en lo que soy. Es que cosas así te ayudan a tener una buena ética de trabajo y a apreciar lo que tenés. También te obligan a trabajar duro para alcanzar un sueño o un objetivo.

–¿Te resulta indiferent­e la cultura del hip hop?

–No, para nada. Me gusta mucho y me incluye bastante. Cuando empecé a componer, me sirvió mucho su enfoque, el hecho de cantar sobre bases, acomodar un verso en un determinad­o espacio...

Leon Bridges tiene 27 años, la edad en la que pasaron a la eternidad muchos artistas que no soportaron la presión de la fama. Pero él está en las antípodas de esa situación: maneja el subidón de espuma desde la prudencia y sus creaciones sugieren saludable honestidad y ausencia de pudores. Por caso, en Coming Home no tuvo problemas en dedicarle una canción a su madre, que lleva por título Lisa Sawyer. “Sólo quise dedicarle una canción a mi madre, así de simple. Quizás, muchos artistas escriben cosas así, pero no consiguen una verdadera conexión cuando les toca interpreta­rlas porque creen que es vergonzoso para plantear a gran escala. Yo, en cambio, siempre pensé que si hacía un tema así, iba a lograr que fuera transitiva para quien escucha la emoción vinculante, cualquiera fuera la situación en la que la cante”, se jacta.

–Sos de Texas, un estado que tiene cercanía geográfica y cultural con México. ¿Cómo te parás ante las políticas migratoria­s de Trump?

–Soy de Texas, sí, pero no soy una persona que está en la política. Aun así, puedo decirte que no entiendo mucho la postura republican­a; por lo que sé, no estoy de acuerdo ni la apoyo. Es importante que haya cambios, pero estos se deben dar incluyendo la visión de todo tipo de gente.

QUERÍA MOSTRAR EL RANGO COMPLETO DE MI EXPRESIÓN Y NO SEGUIR CON ESE SONIDO RETRO ‘60 POR EL RESTO DE MI CARRERA.

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Señor cliente. Leon Bridges, sentado a la mesa del negocio en el que trabajó como lavaplatos.

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