La Voz del Interior

Agendas viejas y conflictos por estrenar

- Virginia Guevara Panorama provincial

Sólo esperaban que terminara el Mundial para librar la batalla de las candidatur­as y largar con una extensa campaña electoral repleta de inauguraci­ones y promesas de futuro. Hasta hace unos pocos meses, no había otra cosa en las agendas de buena parte de la dirigencia política argentina. Tampoco en las de Mauricio Macri, Juan Schiaretti y Ramón Mestre.

Está claro que en Argentina las agendas deberían ser mensuales, o cuanto más trimestral­es. Aun en ese corto período, muchos de los planes pueden naufragar, adquirir el sentido opuesto o superponer­se de la peor manera: Fifa puede mezclarse con FMI, Washington puede volverse más decisivo que Rusia, la lista de Sampaoli puede quedar eclipsada por la de Christine Lagarde y la campaña política puede terminar coincidien­do con el peor momento de un ajuste fiscal que –sin haber comenzado ni estar definido en su alcance– ya ocupa el centro de la escena política.

Mauricio Macri hace casi un mes destruyó la agenda que hablaba de gradualism­o y programaba amigables timbreos al cobijo del financiami­ento externo que parecía ilimitado.

Su nueva agenda sólo tiene un único objetivo político: convencer a los argentinos de que existe el ajuste virtuoso y de que cortar partidas presupuest­arias traerá más beneficios que pesares sociales.

Juan Schiaretti y Ramón Mestre hasta hace pocos días considerar­on que no había razones para cambiar de agenda. Pero las cosas también comienzan a pensarse dos veces en la Provincia y en la Municipali­dad de Córdoba, donde ya es plena la certeza de que el segundo semestre será complejo, y de que en 2019 se sumará el efecto del ajuste sobre la economía a la baja de impuestos que prescribe el Consenso Fiscal. Conjugar ese escenario con una campaña electoral es lo que hoy desvela a todos los habitantes de despachos oficiales.

El intendente Ramón Mestre estuvo ausente casi dos semanas y regresó a Córdoba en medio de lo que aparece como una segura disputa con el gremio de los municipale­s. Un confuso anticipo sobre jubilacion­es de empleados con carpeta médica, sobre recorte de horas extras y sobre posibles retiros voluntario­s, surgido de funcionari­os municipale­s y de inmediato rechazado por el Suoem, espera definicion­es del intendente.

Las cuentas municipale­s están medianamen­te ordenadas, pero el orden que Mestre consolidó supone que casi seis de cada 10 pesos siguen yendo a sueldos –en el primer trimestre de este año, fue el 57 por ciento– y casi dos de cada 10 pesos van a recolectar basura.

Hay un ambicioso plan de obras en marcha que fue proyectado con más recursos nacionales que los que efectivame­nte llegan; hay más inflación que la prevista, y hay recursos que dejarán de ingresar por la poda de tasas municipale­s sobre las facturas de electricid­ad y agua ya dispuestas por la Unicameral.

Todos esos elementos juntos detonaron una preocupaci­ón que hace un mes no existía en el Palacio 6 de Julio.

No obstante, Mestre corre con una ventaja que sus antecesore­s no conocieron: la colección de corporacio­nes gremiales que habita el municipio parece contenida. La amenaza de intervenci­ón que pende sobre el Suoem desde que Mestre logró que el Ministerio de Trabajo de la Nación le pusiera límites a Rubén Daniele es un reaseguro para la gestión municipal. La UTA también está moderada desde Buenos Aires; y el Surrbac hasta ahora no pateó el tablero de la licitación de la basura, que está a punto de resolverse con la inclusión de un tercer jugador: Solví-Caputo.

La Provincia sigue sosteniend­o quenohayna­daqueajust­arenla administra­ción de Juan Schiaretti. Hay varias áreas de la administra­ción que cuestionan esta afirmación, pero hasta el momento oficialmen­te sólo se admite la necesidad de revisar si todas las obras públicas anunciadas son prioritari­as o si algunas pueden esperar. Además, se ratifica la decisión de poner en caja a Epec.

La reducción de horas extras fue drástica, está en marchaunpl­ande pasividad anticipada y los avances sobre el mítico convenio de Luz y Fuerza fueron sistemátic­os desde mediados de abril.

Una ley ya borró los beneficios que la bolsa de trabajo ofrecía a los hijos de los empleados y esta semana el oficialism­o votó en la Unicameral la reducción a 150 kilovatios del beneficio de energía gratis a discreción para empleados y jubilados de Epec, y también la eliminació­n de un ingreso gremial millonario: el fondo compensado­r.

La mansa reacción que hasta ahora mantuvo Luz y Fuerza desconcier­ta a propios y extraños. Una opción es que las señales políticas sean terminante­s y que realmente se haya roto el pacto de reciprocid­ad que durante casi 20 años mantuvo el gremio con Unión por Córdoba. La otra es que la dirigencia gremial perciba que son los cordobeses los que

están al límite.

LAS CUENTAS MUNICIPALE­S ESTÁN MEDIANAMEN­TE ORDENADAS, PERO CASI SEIS DE CADA 10 PESOS SIGUEN YENDO A SUELDOS.

LA PROVINCIA SOSTIENE QUE NO HAY NADA QUE AJUSTAR EN LA ADMINISTRA­CIÓN DE JUAN SCHIARETTI.

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(ILUSTRACIÓ­N DE JUAN DELFINI) Ajustes. Ramón Mestre, Juan Schiaretti y Mauricio Macri.
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