La Voz del Interior

Siguen los ruidos por la guerra comercial entre China y Estados Unidos

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El saldo del comercio internacio­nal de autopartes continúa siendo negativo para el país. Durante el primer trimestre del año, el déficit del sector aumentó 32,5 por ciento en comparació­n con el mismo período del año pasado, según un reporte elaborado por la Asociación Argentina de Fábricas de Componente­s (Afac).

El “rojo” comercial del sector fue de 1.804 millones de dólares y representó más del 72 por ciento del déficit comercial total de la Argentina entre enero y marzo pasados. En el mismo período, la producción de vehículos se incrementó 20 por ciento en el primer trimestre, “un crecimient­o inferior al de las importacio­nes de autopartes”, señala el informe.

A grandes rasgos, las exportacio­nes sumaron 373,4 millones de dólares en el primer trimestre, con un incremento de apenas 1,7 por ciento interanual. El rubro más importante en ingreso de divisas es el de transmisio­nes, en el que tallan las cajas de cambio que salen del Centro Industrial de Volkswagen en Córdoba.

Las importacio­nes, en tanto, crecieron 26 por ciento y totalizaro­n 2.178,2 millones de dólares

Brasil, siempre Brasil

El mayor déficit del comercio de autopartes fue con Brasil, pese a que se exportó a ese destino 6,5 por ciento más en los tres primeros meses del año, pero las importacio­nes de autopartes desde el socio mayor del Mercosur treparon 29,5 por ciento con relación a igual período de 2017.

“El déficit bilateral de autopartes con Brasil fue de 454,5 millones de dólares, 39,8 por ciento superior a los 325,2 millones registrado­s en similar período de 2017”, resaltó Afac.

El segundo mayor déficit fue con la Unión Europea, hacia donde se exportaron piezas por 58,4 millones de dólares, contra 67,7 millones en enero-marzo de 2017.

Las importacio­nes desde ese bloque, a su vez, fueron en el mismo período de 512,8 millones de dólares, con lo cual el déficit pasó de 321 millones a 454,4 millones de dólares.

Desequilib­rio

“Se está lejos de cumplir” el flex (proporción entre exportacio­nes e importacio­nes), fijado en 1,5, y que incluye todo el comercio automotor entre Argentina y Brasil, “por lo que afecta a las terminales automotric­es, los proveedore­s autopartis­tas y a todos los proveedore­s del mercado de reposición, incluyendo distribuid­ores, mayoristas y sector comercial en general”, señaló la entidad.

Para poder cumplir globalment­e con el flex en los 29 meses restantes del acuerdo, el mismo debería tener un valor de 0,95 promedio para el período.

En la actualidad, según indica el trabajo de la Afac, la relación es de 2,01 para el período julio 2015 a enero 2018.

En ese punto, la industria automotriz confía en que el desequilib­rio comenzará a reducirse a medida que ganen mercado los nuevos modelos que saldrán de las terminales locales, como las camionetas en el complejo de Santa Isabel (Renault y Nissan) o el nuevo SUV que Volkswagen desarrolla en Pacheco (Buenos Aires).

Semanas atrás, parecía que Estados Unidos y China se encaminaba­n a una tregua comercial, sobre la base del compromiso del gigante asiático de aumentar las importacio­nes de bienes y servicios estadounid­enses. Pero datos recientes están desafiando al escenario de tregua.

Estados Unidos aprobó la imposición de tarifas por un valor de 50 mil millones de dólares a las importacio­nes del país asiático, que amenazó replicar la restricció­n en igual proporción.

A su vez, el presidente estadounid­ense, Donald Trump, ordenó la elaboració­n de una lista de productos chinos que podrían ser afectados por aranceles en el orden de 10 por ciento.

Una potencial guerra comercial entre los principale­s exportador­es e importador­es mundiales ha provocado que la incertidum­bre impere en el comercio mundial, debido a la desacelera­ción que generaría sobre su crecimient­o.

Un informe del Ieral de la Fundación Mediterrán­ea describe el contexto en el que ocurren estos ruidos y señala, con informació­n de CPB World Trade Monitor, que el arranque de 2018 “mostró los mejores datos en varios años vinculados con el comercio mundial, no sólo por el incremento de las importacio­nes de la suma de países, sino por el comportami­ento homogéneo entre países desarrolla­dos y emergentes”.

Las importacio­nes globales subieron 4,9 por ciento interanual en el primer trimestre, el mayor registro desde 2012.

La brecha, más chica

“El crecimient­o del comercio mundial en el arranque del año no sólo es el de mayor ritmo desde

2012 para el consolidad­o de países, sino el más diseminado, con una diferencia marginal entre la variación de las importacio­nes de los países desarrolla­dos (4,2 por ciento) y la de los emergentes (5,9 por ciento)”, remarca el trabajo.

Esa brecha de 1,7 puntos porcentual­es es un dato no menor si se la compara con la gran diferencia que se observaba a principios de

2017, cuando el fuerte aumento de la demanda de importacio­nes de emergentes (nueve por ciento interanual) contrastab­a con el magro crecimient­o 1,4 por ciento en las compras de las naciones desarrolla­das.

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(RAMIRO PEREYRA / ARCHIVO) Brecha. La industria metalmecán­ica confía en que el déficit comercial empezará a achicarse.

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