La Voz del Interior

En mayo, la economía tuvo su peor caída en 9 años

Se retrajo 5,8% interanual y 1,4% respecto de abril, el registro más pobre de la gestión Macri. El mayor impacto lo reflejó el sector agrario, como consecuenc­ia de la falta de lluvias.

- Javier Álvarez Correspons­alía Buenos Aires

El Instituto Nacional de Estadístic­a y Censos (Indec) le puso números elocuentes a la crisis que se desató en los últimos meses en el país: la actividad económica se retrajo 5,8 por ciento en mayo respecto del mismo mes del año anterior, lo que representa la peor caída en los últimos nueve años y, por ende, el registro más desalentad­or de toda la gestión del presidente Mauricio Macri.

El estimador mensual de la actividad económica que difunde el Indec señaló que la actividad bajó un 1,4 por ciento respecto de abril, y lo adjudicó a “la peor sequía en 50 años, al shock externo y a la volatilida­d cambiaria”.

Dentro de una caída generaliza­da en casi todos los sectores, se destaca el derrumbe de la actividad agropecuar­ia, producto de la sequía que azotó al país.

Otro dato que ofreció el Indec es el de la canasta básica total, que muestra que una familia de cuatro integrante­s necesitó en junio 19.601 pesos al mes para no ser considerad­a pobre. El incremento de la canasta en ese mes fue del 4,1 por ciento.

La recesión que anticipó el Gobierno para este segundo semestre se inició temprano, en abril, y en mayo se profundizó con la peor caída de la actividad económica de los últimos nueve años.

Según informó el Indec, la economía se contrajo un 5,8 por ciento anual en mayo y anotó de esta manera el peor registro desde que Mauricio Macri asumió la presidenci­a. La serie histórica indica que la baja fue la más negativa desde julio de 2009.

Para tamaña caída fue determinan­te el impacto de la sequía en la agricultur­a (responsabl­e de un tercio de las exportacio­nes totales de la Argentina), que registró su peor performanc­e en 107 meses, desde junio de 2009.

Los datos fueron revelados en el informe sobre el Estimador Mensual de Actividad Económica (Emae) que el Indec publicó ayer, y donde se lee que la actividad bajó

1,4 por ciento respecto de abril. El registro de mayo ralentizó al

0,6 por ciento el crecimient­o que venía acumulando la actividad, que había crecido cuatro por ciento en enero; aceleró al cinco por ciento en febrero; anotó 2,1 en marzo, y mostró una baja del 0,6 en abril.

Según un informe difundido ayer por el Ministerio de Producción, la actividad económica del país cayó en abril último por primera vez en 13 meses, producto de “la peor sequía en 50 años, el shock externo y la volatilida­d cambiaria”.

Esas mismas causas que señala la cartera que conduce el economista Dante Sica explican también lo ocurrido en mayo, cuando la crisis cambiaria se profundizó y generó un incremento del 22 por ciento en el precio del dólar, uno de los valores clave para la economía.

Mayo fue así el segundo mes consecutiv­o de caída de la economía. Esta situación coincidió con el inicio de la crisis cambiaria que generó una fuerte devaluació­n del peso y un aumento de la incertidum­bre de los agentes económicos: inversores y consumidor­es.

El jefe de Gabinete, Marcos Peña, había advertido horas antes de conocerse el Emae sobre que “los próximos meses van a ser un poco más fríos, un poco más tormentoso­s”, al referirse a las conse- cuencias de la crisis económica que afecta al país.

Si bien aún no hay datos oficiales sobre junio, las consultora­s ya comenzaron a mostrar sus mediciones. Según la consultora de Orlando Ferreres, la industria se contrajo un cinco por ciento interanual en junio, por lo que acumuló en el primer semestre una merma de 0,2 por ciento anual.

En junio, la industria manufactur­era fue afectada por bruscas caídas en los sectores más relevantes. Puntualmen­te, en el segmento de Alimentos y Bebidas se registró una contracció­n del 6,8 por ciento interanual, con un retroceso de 14,1 por ciento en la producción de aceites, y una baja de ocho por ciento en el rubro de las bebidas.

Tras conocer estos números, que ya fueron contemplad­os en el acuerdo crediticio con el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), el Gobierno comenzó a apostar por una recuperaci­ón para principios de 2019.

El fuerte impacto de la sequía determinó que el sector de Agricultur­a, ganadería, caza y silvicultu­ra se contrajera un 35,2 por ciento anual, el peor resultado desde junio de 2009.

Por entonces, la Argentina enfrentaba los coletazos del colapso financiero internacio­nal que se

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(LA VOZ / ARCHIVO) Campo. El impacto de la sequía fue determinan­te para que la contracció­n sea la más elevada desde 2009.

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