La India le cambió la vida a Leandro
En Córdoba era vendedor ambulante y hace un año cursa, becado, un bachillerato internacional en Asia. Nunca había salido de la provincia. Ahora se postulará para estudiar teatro en una universidad de Estados Unidos.
“Estar lejos de donde viviste toda la vida te enseña varias cosas... Hablar con gente de otros lados que piensan totalmente distinto me fortaleció mucho. Cambié la forma de pensar. Cambié en muchos sentidos. Había cosas que yo estaba convencido de que eran de una manera y no eran tan así. Hay personas que juzgaba al principio y luego empecé a entenderlas y me di cuenta de que no tenía la razón. Ni todo lo que yo decía era verdad”.
Así piensa y relata hoy Leandro Bustos (19) su experiencia de estudio en Pune, India, a un año de haber dejado Córdoba para cursar el Bachillerato Internacional (BI) en una institución de Colegios del Mundo Unido (UWC, por la sigla en inglés), que otorga una certificación preuniversitaria reconocida por prestigiosas universidades en el mundo.
Hace un año que Leandro, un cordobés de barrio Santa Rosa, al sur de la Capital, asiste a una de las escuelas secundarias de UWC: la Mahindra College, en Pune.
Bustos es aquel adolescente que fue noticia en 2017 cuando fue becado por UWC después de un proceso de selección. También volvió a estar en los diarios cuando – tras conocerse su historia– la solidaridad de los cordobeses le permitió afrontar los gastos de traslado a India. “Mi familia no podía pagarlo, y gente que no conocía y organizaciones me ayudaron”, relata.
Leandro conoció la convocatoria de UWC gracias a una amiga con la que compartía clases de teatro en el Centro Cultural de Villa El Libertador. Por entonces, cursaba séptimo año en la escuela Amadeo Sabattini (Ipet 246) de barrio Güemes y colaboraba con la economía de su hogar: vendía productos de limpieza a domicilio durante la semana y turrones y cubanitos en la esquina de Santa Rosa y la Cañada los sábados y domingos.
La suya es una familia numerosa, de padre jubilado y 10 hermanos (“van de los 13 a los 30 y pico”, dice Leandro). Su mamá falleció hace siete años.
Hoy, Leandro está de vacaciones en Córdoba y cuenta que la experiencia en India marcó un antes y un después en su vida. “Nunca había salido de Córdoba y estando allá aprendí muchas cosas. Conocí el mar por primera vez y hasta monté en camello”, cuenta con una inconfundible tonada cordobesa y su sonrisa fresca.
“Fue muy loco. Cuando me dijeron que iba a India me pareció un poco fuerte y después pensé que iba a ser todo muy distinto a la Argentina y me encantó la idea”, cuenta.
Un mundo nuevo
Cuando llegó hace exactamente un año a India, el vuelo aterrizó en Mumbai (Bombay) y de allí partió hacia Pune, en el estado de Maharastra. El colegio está en lo alto de una montaña.
“Es un campus grande y muy bonito. Cuando llegué, me sorprendió el lugar. Era muy hermoso. Había un montón de gente, chicos de mi edad de todas partes del mundo”, recuerda Leandro.
Por la mañana, asisten a clases hasta las 14. Por la tarde, realizan deportes, actividades recreativas, estudian y conversan con amigos. Las clases son en inglés, con un sistema de enseñanza diferente al de Córdoba.
En India existen varios idiomas y religiones. En la zona de Pune, la mayoría habla marathi. “Yo aprendí algunas frases básicas de hindi, pero tuve que concentrarme en el inglés”, explica Leandro. Y agrega: “Cuando llegué me costó bastante y tardé un par de meses en agarrar el ritmo. Ahora ando bien”.
Sus amigos más cercanos son de Cachemira (Kashmir), de España, de Siria, de Nigeria y de Tanzania. “Aprendí muchas cosas de estudio, pero lo que más aprendí fue a manejarme solo. Cambié mucho la forma de pensar”, subraya.
Sus horizontes se fueron ampliando. En las vacaciones del invierno en India se quedó en casa de una amiga. La familia lo llevó al norte del país. “Conocí el mar, nos subimos a camellos. Cosas muy locas. Era la primera vez que veía el mar”, recuerda.
Con el colegio viajaron al sur de India y a Nueva Delhi, la capital. “Te encontrás con sorpresas buenas y sorpresas malas. Hay un montón de lugares que me encantaron, como palacios abandonados. Me sorprendió que haya tanta gente y mucha pobreza. Aprendí bastante, en realidad. Si tengo que definir India, diría que me encanta. Amo India”, subraya, con énfasis.
En mayo del año próximo, Leandro se gradúa. Después piensa aplicar para estudiar teatro en una universidad de Estados Unidos. El Bachillerato Internacional abre las puertas a numerosas instituciones del mundo.
“NUNCA HABÍA SALIDO DE CÓRDOBA, Y ESTANDO ALLÁ APRENDÍ MUCHAS COSAS. CONOCÍ EL MAR POR PRIMERA VEZ Y HASTA MONTÉ EN CAMELLO”.