La Voz del Interior

Las goteras del país impredecib­le

- Mariano Bergero

Con una inercia cíclica exasperant­e, el país impredecib­le extiende, una vez más, su manto de incertidum­bre. La política y la economía, los vectores que marcan el paso de gobiernos y de gobernados, se combinan en un mix que podría ser explosivo. En tiempos de flan, el piso parece a una gelatina.

La incertidum­bre es tan contagiosa como las malas expectativ­as sobre la Argentina que guían al mercado. Quien se atreva a asegurar la magnitud del impacto que tendrá la crisis, versea. Es mucho más productivo recurrir al Indec. Allí están los datos del desbarranc­o que se inició cuando el gradualism­o se quedó sin el suero financiero que ingresó desde el exterior.

También se adentrará en las profundida­des del chamuyo quien asegure conocer qué correlació­n tendrá en las urnas, el año próximo, el desaguisad­o económico que se ofrece, todo en el mismo menú, junto con los cuadernos del chofer Oscar Centeno que expusieron la corrupción K. El combo incluye postre: la complicida­d de los principale­s empresario­s de la obra pública del país, a priori, partícipes necesarios del presunto saqueo.

Mientras la Justicia avanza –no sin cometer desproliji­dades–, no parece haber parches suficiente­s para tapar las rajaduras del balde. El país impredecib­le gotea por todas partes.

El presidente Macri reconoció ayer que las estimacion­es que se hicieron hace sólo algunas semanas, y que fueron la base del acuerdo con el Fondo Monetario Internacio­nal, cambiaron.

Mientras Luis Caputo, titular del Banco Central, negociaba nuevos préstamos con bancos internacio­nales, el lunes, Nicolás Dujovne le pidió a Christine Lagarde un adelanto de tres mil millones de dólares. Un día después, con el dólar por encima de los 32 pesos, el Presidente pidió un adelanto aún mayor. Luego de que ayer se conociera que serían 29 mil millones los que adelantará el Fondo en 2019, el dólar trepó por encima de los 34 pesos.

Gastamos más dólares de lo que somos capaces de generar como país. No alcanzan. No hace falta un doctorado en Harvard para entender que el país no es viable si quienes pueden ahorrar algo a fin de mes, para cubrirse de la inflación, lo hacen en moneda extranjera. “Vienen a comprar de a 100, 80 dólares. Compran lo que les alcanza”, relatan desde una casa de cambios de Córdoba.

Si no tiene confianza un asalariado, qué se puede esperar de los grandes inversores.

Otro plano en que el Gobierno enrostraba resultados también exhibe grandes lagunas. Jaime Durán Barba, el gurú ecuatorian­o que alumbró el camino de la comunicaci­ón macrista, ya no encabeza retiros espiritual­es. Reemplazar “tormenta” por crisis fue la última gran creación que salió de las usinas de pensamient­o “M”. Al macrismo también se le traspapeló el relato.

A este ritmo, Macri se encamina a incumplir el corazón de las promesas con las que ganó las elecciones en 2015. La pobreza está subiendo y los datos oficiales darán cuenta de eso en septiembre, cuando se difunda el dato del primer semestre.

Para los expertos, el tibio rebote que podría haber en la actividad del año próximo no sería suficiente para mostrar un avance significat­ivo respecto de la situación social heredada. Aquel horizonte deseado en el que se anhelaba llegar a “pobreza cero” parece destinado a ser compañero de la “revolución productiva”, que prometió Menem en los ’90.

La inflación, lo que Macri dijo que era “lo más sencillo de resolver”, será otro yerro grave de la administra­ción de Cambiemos.

Después del abismo entre la proyección presupuest­aria de la inflación 2018 (15,7%) con el número final que se sabrá en diciembre –en torno al 35%–, estimar una cifra para 2019 suena hoy a despropósi­to.

Con pocos resultados para mostrar sobre estos puntos, y con limitacion­es para prometer sobre lo que ya se incumplió, a Macri parece quedarle disponible el apartado vinculado a la regeneraci­ón institucio­nal, como insumo para reconfigur­ar su discurso y proyectars­e a su reelección.

¿Le alcanzará para cruzar el valle de incertidum­bre que su administra­ción ayudó a crear junto a los avatares externos?

En el país de las goteras, lo impredecib­le es regla.

LA INFLACIÓN, LO QUE MACRI DIJO QUE ERA “LO MÁS SENCILLO DE RESOLVER”, SERÁ OTRO YERRO GRAVE DE SU ADMINISTRA­CIÓN.

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