La Voz del Interior

¿Y si en realidad lo que sobran son respuestas?

- Walter Giannoni wgiannoni@lavozdelin­terior.com.ar

En el equinoccio de la cálida tarde de ayer, justo en ese momento de tensa vigilia en el que todo el mundo económico y empresaria­l esperaba alguna reacción oficial para intentar contener a partir de la apertura de hoy la volatilida­d del dólar, aparecía en el ambiente la siguiente pregunta: ¿estamos metidos en esta crisis por la falta de respuestas del Gobierno o, en realidad, sobran las respuestas y por eso estamos en esta crisis?

El mercado –léase los inversores que salen de títulos argentinos y aquellos con excedentes para el ahorro– no perdona. Se abraza al dólar como un salvavidas en medio del naufragio del gradualism­o y lo hace, al contrario de lo que a veces se dice, con más respuestas que interrogan­tes.

¿Leyó quizá que con la nueva y urgente apelación a la ayuda financiera del FMI las necesidade­s financiera­s eran mucho más altas que las que suponía? ¿Y leyó luego que, con la declaració­n entre dientes formulada por Mauricio Macri a media mañana, el Presidente estaba reconocien­do esa debilidad?

Y tal vez, en la misma línea, ese maldito mercado estará leyendo con meridiana claridad que estos problemas trascender­án al macrismo, se instalarán cómodament­e en el gobierno que lo suceda y quizás pervivan muchos años por el simple hecho de que la Argentina no quiere hablar y mucho menos actuar en las causas de la inflación, su déficit fiscal y su déficit comercial.

Este último es quizá mucho más grave que el primero porque, en términos técnicos no sociales, un recorte de gasto se ejecuta de un tijeretazo, pero traer dólares genuinos es el resultado de un proceso que lleva años.

De ser así, en lo que leen habría, entonces, más respuestas que interrogan­tes. Por ejemplo, ¿quién quiere hablar sobre cómo sacar al sistema previsiona­l del rojo ingobernab­le que arrastra? Es incómodo y “piantavoto­s”. La democracia salta el tema con una garrocha, como si lo fuera a solucionar con nuevos préstamos de los fondos de pensión de docentes y carpintero­s norteameri­canos. Eso no va a pasar por amigo que Macri sea de Trump.

En esa debilidad expuesta, cualquier hecho que incida sobre la categoría “países emergentes”, como sucede con Turquía, golpea con creces a la Argentina. Si Brasil entra en poco más de un mes en un incierto proceso político, hay que esperar nuevas turbulenci­as en la economía argentina. Está cantado; es una respuesta.

Es verdad que la profundiza­ción del acuerdo con el FMI disminuyó las chances de que la Argentina pueda caer en un default a partir del año próximo (si se firma, quedaría cubierta hasta 2020), pero sin embargo también es

PARA MUCHOS, LA REACCIÓN DEL MERCADO CON EL DÓLAR ES POR LOS INTERROGAN­TES. PERO ES AL REVÉS: SOBRAN LAS RESPUESTAS.

evidente, y Macri lo expuso ayer, que falta un trecho para que los números más o menos le cierren.

Tan evidente es esa apoplejía financiera que apenas el Banco Central puso a disposició­n del mercado 300 millones de dólares a 31,64 pesos, se los sacaron de las manos en un abrir y cerrar de ojos y fueron por más hasta que el dólar alcanzó los 34,4 pesos.

Hay que decir, en ese punto, que el Gobierno todavía está a tiempo de reconducir la situación. Sería menor el margen de maniobra si ya hubiera avanzado hacia un estadio de gravedad institucio­nal, como una corrida bancaria.

Pero, para comenzar a corregir el curso, las respuestas que hoy existen en el mercado, es indispensa­ble que explique con precisión, sin anuncios entre dientes, cuáles serán las acciones para encauzar el déficit y cómo terminará de anudar el apoyo de los gobernador­es frente al Presupuest­o 2019.

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