Roggio nombró a funcionarios
La máxima autoridad del Grupo Roggio, Aldo Roggio, fue uno de los empresarios que confesaron ante el juez porteño Claudio Bonadio haber participado del esquema de coimas con los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.
En su declaración, implicó directamente a Julio De Vido, exministro de Planificación Federal; Roberto Baratta, la mano derecha de De Vido; el exsecretario de Transporte Ricardo Jaime; el extitular del Occovi, Claudio Uberti; y el exsecretario de Obras Públicas, José López.
Bonadio procesó a Roggio como miembro de una asociación ilícita, y por tres hechos de dación de dádivas. Por eso le decretó la prisión preventiva (está libre por colaborar) y trabó un embargo sobre sus bienes. Para el juez, Roggio “habría ordenado que se realizaran entregas de dinero a funcionarios del ex Ministerio de Planificación Federal”.
¿Qué dijo el empresario? Según la resolución de Bonadio, Roggio aseguró: “Se me preguntó si en las conversaciones previas o en el acto de entrega del dinero presumía que el dinero entregado a Baratta era para alguien más. Presumo que era con el visto del arquitecto De Vido”. “Asimismo –continuó– se me preguntó si, pese a que se me dijo que era para la campaña electoral, pensaba que era para otra cosa, y debo decir que sólo puedo presumir que era, quizás también, para otra cosa, pero a mí no me consta”.
Sobre la modalidad que ejecutaron algunos funcionarios, contó: “En la ejecución de (...) obras sentimos el rigor de no haber aceptado las condiciones señaladas, habiéndosenos demorado por plazos extensos el pago de certificados, redeterminación de precios, nunca nos pagaron los intereses que manda la ley, etc., obligándonos a tener reconocimientos monetarios para la política para sortear estas dificultades. Los ejecutores de este apriete fueron De Vido, López, Baratta, Uberti, habiendo cada uno, y en distintas oportunidades, exigido esos aportes como forma de superar estos problemas”.