La Voz del Interior

El policía del doble crimen fue paciente psiquiátri­co

Hace poco le habían devuelto el arma tras un informe de Medicina Laboral de la Policía. El cabo que mató a su novia y a la madre de esta tenía una denuncia previa por violencia de género.

- Claudio Gleser cgleser@lavozdelin­terior.com.ar

Carlos Eduardo Monge (35), el cabo de policía que el pasado fin de semana ejecutó a balazos a su joven novia, Magalí Ariana Pérez (20), y a la madre de esta, Nancy Beatriz Pérez (54), y luego se quitó la vida con su pistola reglamenta­ria en una vivienda de la localidad de El Diquecito (cerca de La Calera), había vuelto a trabajar como uniformado y a portar su pistola hace poco más de tres meses. ¿Por qué? Fuentes oficiales confirmaro­n que en los últimos tiempos el suboficial se encontraba en tareas no operativas (TNO) debido a una carpeta psiquiátri­ca que se venía extendiend­o desde hacía al menos cinco años.

A mediados de este 2018, desde el área de Medicina Laboral de la Jefatura de Policía, le levantaron la carpeta psiquiátri­ca y la situación de TNO (no portan armas de fuego), por lo que le devolviero­n el armamento, según confirmaro­n fuentes oficiales a este medio.

Fue entonces cuando el policía volvió a trabajar a la Comisaría 39, de barrio Argüello de la ciudad de Córdoba. En esa dependenci­a habría conocido a Magalí, quien se había recibido de suboficial hacía poco tiempo y se desempeñab­a en la división de Policía Barrial.

Esta informació­n, que causó un estrépito puertas adentro de la fuerza policial, estará en breve en manos de la fiscal Bettina Croppi, del fuero de Violencia Familiar, quien lleva adelante la causa por la masacre en El Diquecito.

Como si fuera poco, Monge tenía al menos una denuncia anterior por violencia familiar efectuada por una expareja.

Madrugada de locura

El drama sucedió el pasado domingo a la madrugada en la vivienda de la familia Pérez, ubicada sobre la ruta provincial E-55, en cercanías de la usina de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (Epec), en El Diquecito.

Fuentes judiciales señalaron que hacía poco tiempo que el cabo Monge (cuyo domicilio real estaba en barrio Villa El Libertador, al sur de la ciudad de Córdoba) pernoctaba allí.

El domingo alrededor de la 1 mantuvo una violenta discusión con Magalí, quien, además de tener una nena de 4 años, se encontraba embarazada de al menos ocho semanas.

En esas circunstan­cias, según la causa, el policía cargó su pistola y asesinó a la joven de siete balazos. El mortal se lo dio en la cabeza.

La madre de la joven, Nancy Beatriz Pérez, intentó interceder y recibió al menos otros dos impactos que acabaron con su vida.

Un tío de Magalí, quien también reside en esa casa, alcanzó a asomarse y vio al femicida disparando con su arma. Cuando Monge lo observó, atinó a apuntarle con el arma, por lo que el tío se encerró en la pieza. A los pocos segundos, se oyó el último disparo. El cabo se quitó la vida con la misma pistola 9 milímetros.

Monge tenía en su haber una denuncia por violencia familiar efectuada por otra mujer y contaba con restricció­n de acercamien­to hacia ella.

Si bien restan medidas procesales para terminar de delinear cómo sucedió todo, la fiscal Croppi considera el caso prácticame­nte terminado. Está descartada la participac­ión de otras personas.

“Fue un doble femicidio seguido de suicidio, de acuerdo con los peritajes y testimonio­s y con otras pruebas que seguimos incorporan­do”, dijo la fiscal a La Voz.

En la casa donde sucedió todo, estaban una nena de 4 años (hija de Magalí), quien dormía, y un varón de 9 (hermano de la policía), quien presenció todo. El niño sufrió una fuerte crisis nerviosa y hoy está con contención de especialis­tas.

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Cabo. Carlos Eduardo Monge tenía 35 años.

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