El aceite de oliva y los consejos de De la Sota
Mariano Bergero
La repentina muerte y salida de la escena política de José Manuel de la Sota no sólo obliga a Unión por Córdoba (UPC) a ajustar los engranajes internos del peronismo provincial.
Los partidos políticos que conforman Cambiemos, esa conjunción en extremo volátil, también se vieron obligados a parar la pelota y rediagramar la jugada.
Esa mecánica de reconfiguración, tanto en el oficialismo como en la oposición mayoritaria, será practicada por ambos sin desatender los movimientos del adversario.
El capítulo electoral 2019 de la Capital asoma central en ese juego que se inició poco después de que el tres veces gobernador fuera despedido, el lunes, en medio de un unánime reconocimiento de la clase dirigente y el afecto de una porción significativa de la sociedad.
Antes del fallecimiento de quien fuera su pareja y socio político durante una década y media, Olga Riutort había planteado su convicción de competir, una vez más, por la conducción del Palacio 6 de Julio.
Esa posibilidad –viable para una tercera aventura individual– asoma sin embargo aún incierta si se imagina a Riutort como cabeza de una propuesta electoral que contenga a todo el peronismo capitalino, algo que incluiría el respaldo del ahora único líder del peronismo, el gobernador Juan Schiaretti.
La inesperada muerte de De la Sota se produjo mientras su hija Natalia, concejala de la ciudad, trabaja junto al legislador Daniel Passerini, lanzado desde hace meses por suceder al radical Ramón Mestre. Contener a ese espacio, ahora huérfano de su conductor, será una nueva tarea que suma el gobernador. Riutort y Passerini saben que no están solos en esa puja. El nombre de Martín Llaryora sigue sonando cada vez que se especula sobre la disputa municipal.
La efectividad en la construcción del dique peronista, ya sin De la Sota, pondrá a prueba la firmeza del acuerdo político que quien acaba de morir y Schiaretti supieron poner a resguardo de cualquier tormenta interna, desde 2007.
Hacia abajo de la pirámide del poder peronista, las diferencias entre dirigentes de una y otra fracción son mucho más profundas de lo que el gran público conoce. Recién cuando la congoja termine de retirarse, concluyan los homenajes y vuelva a escena el pragmatismo cotidiano, habrá indicios de lo que vendrá.
En privado y con los suyos, De la Sota solía caracterizar a sus socios peronistas como los muchachos que comen con aceite de oliva, una etiqueta diferenciadora que ubicaba a su sector en la popular, frente a la platea schiarettista. Toda una definición.
Con el camino más ordenado en el plano provincial, la Capital asoma como el gran laboratorio en el que el PJ practicará sus alquimias. Si todo sale bien –la tarea no es sencilla–, el resultado arrojará un PJ ordenado y competitivo para intentar volver a gobernar la ciudad después de 16 años. En cambio, si el experimento falla, podría intoxicar a Unión por Córdoba.
En la esfera provincial, en tanto, el panorama opositor continúa laberíntico. Mario Negri asegura que su lanzamiento es inminente, y cerca de Mestre ratifican que el titular del radicalismo será candidato en 2019.
“Esta es tu gran oportunidad. Tenés que jugar. Es tu momento”, lo aconsejó y alentó De la Sota a Mestre en una de sus últimas charlas.
Con el golpe de escena de los últimos días, la estrategia mestrista para 2019 se terminará de pulir cuando el intendente regrese de un viaje familiar, la semana próxima.
Defender la “ciudadela” capitalina está entre los principales planes del titular del radicalismo cordobés. El gran interrogante pasa por saber con qué candidato encarará esa difícil tarea.
LA REORGANIZACIÓN DEL PJ SE DARÁ CUANDO CONCLUYAN LOS HOMENAJES. LA CAPITAL SERÁ UN PUNTO CLAVE DE ESE PROCESO.