UNC: fracasó el diálogo y sigue la tensión
Entre forcejeos, manifestantes quisieron desalojar la toma del Pabellón Argentina, que sigue.
Hoy sigue la mesa de diálogo entre autoridades y estudiantes y habrá una asamblea en el Pabellón.
La “sentada pacífica” en contra de la ocupación del Pabellón Argentina se desarrolló ayer con momentos de mucha tensión y violencia que incluso tuvo un intento de desalojo por parte de algunos estudiantes, docentes, no docentes y padres de alumnos.
Cerca de las 13, la masa de manifestantes se dividía entre aquellos que estaban sentados en el cantero central de la avenida Enrique Barros y los que discutían cara a cara con los miembros de la Asamblea Interfacultades.
Sin embargo, por el este del Pabellón, un pequeño grupo de hombres presionó la primera puerta y logró abrirla, aunque no pudieron entrar porque estaba tapada por una estructura de maderas.
En ese momento empezaron los forcejeos e incluso muchas personas que no son parte de la ocupación tomaron un perfil conciliador y se interpusieron entre aquellos que buscaban ingresar y desplazar a los miembros de la toma.
“¡Vamos a entrar! ¡Vamos a entrar! ¡1... 2... 3!”, gritó un grupo de hombres para empezar a empujar sobre el cordón de personas que estaba frente al ingreso y, tras varios intentos fallidos, desistieron, aunque con insultos y golpes.
No sólo se cruzaron cuerpo a cuerpo con los jóvenes que protagonizan la toma del edificio histórico de Ciudad Universitaria desde el 28 de agosto, sino también con otras personas que evitaron la escalada de violencia, como Francisco Ferreyra, director del colegio Manuel Belgrano y miembro de la mesa de diálogo.
“La universidad no tiene otra bandera que no sea la de hablar. Lo que pasó es una situación que uno no quiere ver, no es la universidad que estamos trabajando”, apuntó Ferreyra.
“La única estrategia para resolver el conflicto es el diálogo, porque no hay nada que nazca de la violencia que se mostró hoy. Esto no puede naturalizarse, es preferible demorarnos más y dialogar, porque nada se construye desde la agresión”, agregó, afectado.
El miedo y la conmoción se reflejaron en los rostros de estudiantes y docentes de ambos lados.
Con lágrimas en los ojos, dos jóvenes entrelazaban sus manos mientras se hacía un abrazo al Pabellón –para no permitir el ingreso–, mientras que un grupo de mujeres enfundadas en guardapolvos –quienes habían ido a manifestar su descontento sentadas pacíficamente– se preguntaban en qué momento se había llegado a tal situación de violencia.
Minutos después, el vicerrector Pedro Yanzi Ferreira se presentó en el Pabellón y exhortó a las personas que se encontraban aún en la explanada a abandonar el lugar –ya que era el pedido de quienes realizan la toma– para poder continuar con la mesa de diálogo que había ingresado en un cuarto intermedio por el conflicto.
Cuando la mayoría de las personas que estaban protestando afuera del Pabellón abandonaron el lugar, la mesa de diálogo se reunió en las Baterías D durante casi dos horas.
Nueva reunión
Hoy, a partir de las 9, se espera una nueva reunión de la mesa de diálogo coordinada por el vicerrector.
Cuando finalice, habrá una asamblea en el Pabellón Argentina, donde se debatirá cómo continuar con las medidas de fuerza, aunque aún no se informó si la misma será abierta al público o se limitará a aquellos que se encuentran realizando la toma.
La entidad que representa a los estudiantes de la UNC –la FUC, elegida por el voto de la mayoría– ya se manifestó en contra de la toma. Punto uno.
Pongamos, sin embargo, que toda minoría mantiene su derecho a expresarse y a reclamar.
Vale la pena entonces analizar esos 17 puntos que se plantean para justificar la toma. Muchos de ellos son un compendio que va en contra de la autonomía de la propia UNC y de cada facultad. Otros reflejan un garrafal desconocimiento de la realidad y algunos rayan la ingenuidad –por usar un calificativo como la exigencia de un menú vegano en el Comedor Universitario.
La lista desconoce a grupos estudiantiles que ya luchan por la mayoría de esas reivindicaciones. Pide crear comisiones ya creadas y activar políticas que ya están en marcha con el esfuerzo de centros de estudiantes elegidos por la mayoría, que pone el lomo todos los días para hacer lo que los jóvenes de la toma no están haciendo: política.
Política es tener la inteligencia de saber cuándo negociar, cuándo reclamar, cuándo endurecerse y cuándo retirarse. Y los que toman el Pabellón Argentina sólo lograron ponerse en contra a vastos sectores que en otras instancias sí apoyan los reclamos estudiantiles y docentes. Buscan apoyo, pero obtienen lo contrario.