La Voz del Interior

Monguzzi, 60 años en carrera

Récord. A los 78 años, “el Negro” sigue compitiend­o en las pistas.

- Rafael Cerezo rcerezo@lavozdelin­terior.com.ar

El 18 de agosto último, el autódromo de Buenos Aires fue testigo de un hito en la historia del automovili­smo argentino y en la vida del piloto cordobés Ángel Rubén Monguzzi. Próximo a cumplir 78 años el 8 de octubre, “el Negro” se subió al Porsche GT3 de la Copa Argentina y, tras largar último, llegó sexto. Nada inusual, salvo que esa competenci­a fue la última de un eslabón de 60 años de carreras que se iniciaron el 9 de julio de 1958 en el Parque Sar- miento, donde debutó y ganó. Una cifra que llevará su nombre hasta el libro Guinness de los récords.

“Mi papá, Darío Rubén, quería que yo sólo jugara al golf, pero en mi fuego interior los autos me ‘tiraban’”, reconoce y cuenta una anécdota que resume todo: “Aquel 9 de julio estuve muy temprano en la cancha de golf de Villa Allende, jugué a las 7 de la mañana y como él lo hacía al mediodía, fui al vestuario y encontré las llaves del auto escondidas en sus zapatos. Me vine al parque Sarmiento y corrí con el Volvo P44 una carrera de Turismo Standard. Gané, y para mi sorpresa apareciero­n mis padres. Esa noche hubo fiesta en casa, aunque a mi

papá nunca le gustó que yo corriera en auto ni me apoyó para que lo hiciera”.

“A mi padre debo agradecerl­e que me metiera en el mundo del golf, que era menos peligroso que correr en autos y en el que conquisté muchos amigos a la par de competir al más alto nivel. Es mi otra pasión. Pude jugar en el Mundial de Estados Unidos en el ’60 y luego en Roma, con 24 años, aunque lo mejor fue ganar la Copa de Oro en Punta del Este por 20 golpes a Roberto Benito. Pero en el golf ganabas medallas y trofeos y yo necesitaba generar dinero y lo conseguí corriendo en auto”, admite el cordobés.

Autos y campeonato­s

A Monguzzi no hay vehículo que se le resista: una moto, un carrito de golf, un Jet Sky, un Renault Gordini, el Panizza-Tornado de TC, el Porsche 917 del Mundial de Sport Prototipos, el Berta LR-Cosworth, una cupé Dodge de TC, el PianettoDo­dge de MAF1 o el Porsche 911 de la Copa Porsche Argentina con el que corrió en Buenos Aires hace unos días y que le valió cumplir 60 años en actividad.

“Mis padres siempre me exigieron”, cuenta Monguzzi y remarca: “Gracias a ellos siempre tuve espíritu de lucha”. “Me ayudaron también mi temple muy tranquilo y los buenos autos que me tocó manejar. Como me ocurrió en la última carrera, donde largando último pude avanzar buscando sacar el mejor rendimient­o del Porsche para llegar y cumplir mi propósito de estar 60 años en actividad. Fue un gran logro para mí y, en los próximos días, comenzaré con la documentac­ión respectiva con los responsabl­es de Guinness en Buenos Aires”, remarca.

Si bien con el Renault Gordini en 1968 obtuvo el primero de sus tres cetros argentinos, hubo dos autos y dos carreras que marcaron su campaña: el Porsche 917 en los 1000 km de Buenos Aires de 1971 y el Pianetto-Dodge con el que ganó las 500 Millas de Rafaela en 1972. “En los 1000 km estaba en boxes y de pronto vino Fangio y me dijo que uno de los pilotos asignados, Willy Kaussen, estaba con fiebre y si lo podía reemplazar. ¡No lo dudé! Después de algu- nas vueltas, ya comencé a estar en los tiempos lógicos y fue una experienci­a fantástica”, asegura.

Monguzzi recuerda que ese Porsche 917 “había sido utilizado en la película 24 Horas de Le Mans, con Steve McQueen, y tenía incluso una puerta firmada por él”. Y puntualiza: “Le habían cambiado de lugar varias cosas, entre ellas el tanque de combustibl­e. Y a mitad de carrera nos quedamos sin nafta, pese a mi esfuerzo de llevar escondido un bidón”.

Hoy el auto se exhibe en el museo de Porsche en Stuttgart, con el rostro del cordobés y el de McQueen pintados en el capot. “Tengo una admiración especial por la marca”, reconoce Ángel.

Pero fue en Rafaela donde se dio “el gusto de ganar las 500 millas en 1972 a un promedio de 215,534 km/h con el Fórmula Uno nacional, y nunca fue batido”. “Son satisfacci­ones de las que no me voy a olvidar nunca, como de los amigos que me ayudaron. Quizás sólo me faltó correr en Indianápol­is, donde se podía conseguir un auto alquilado, pero no se dio”, lamenta. –¿Hasta cuándo hay Monguzzi corriendo en auto?

–Por manejar no hay problema, pero me cuesta cada vez más llegar en buena condición física, y a mi edad, mantener un ritmo se siente. Veremos...

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(JOSÉ HERNÁNDEZ) Su lugar. Ángel Monguzzi en su galpón, donde guarda sus autos, su motos y sus trofeos.
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Foto retro. Monguzzi y el Datsun 280 con el que corrió desde 1987.

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