La Voz del Interior

La reforma en el secundario tardará 4 años en llegar a todas las escuelas

El año que viene, se sumarán 80 escuelas más al cambio. El resto se irá incorporan­do de manera gradual en cuatro años. Según la Provincia, los alumnos faltan menos en los colegios que ya lo implementa­n.

- Mariana Otero motero@lavozdelin­terior.com.ar

Acasi un año del proyecto piloto del cambio en el régimen académico en 76 escuelas secundaria­s provincial­es

(26 técnicas y tres privadas), el Ministerio de Educación anticipó a La Voz que en 2019 se sumarán otras 80 institucio­nes, la mayoría estatales. La reforma no abarcará a todo el nivel secundario el año próximo, como se había anunciado en diciembre pasado. La secretaria de Educación, Delia Provincial­i, explicó que se universali­zará en todas las institucio­nes en los próximos cuatro años.

De esta manera, serían unas 200 las escuelas que trabajarán el próximo ciclo lectivo con cambios. A las del cambio hay que sumarles las 15 escuelas Proa (Programa Avanzado en Educación Secundaria, que trabaja con un proyecto que basa su estructura en las nuevas tecnología­s) y las 25 que se sumarán en los próximos meses. Es decir que, en marzo, el 23,7 por ciento de las secundaria­s de la provincia estarán realizando innovacion­es en su método de enseñanza.

Provincial­i planteó que el mayor logro que observan hasta ahora entre las escuelas que participan del “plan piloto” es la reducción de las inasistenc­ias de los alumnos e indicó que el nudo más complicado es el cambio en la manera de evaluar, ya que implica un seguimient­o personal del docente a cada estudiante.

Por otra parte, el nuevo régimen académico plantea la revisión de la escala de calificaci­ón: los alumnos tienen que aprobar las materias con

7 (actualment­e es con 6), el promedio es anual, se realiza un acompañami­ento individual del alumno y la repitencia es considerad­a una situa- ción “límite”, ya que se dan más oportunida­des de recuperaci­ón.

La transforma­ción no incluye cambios en el plan de estudios –continúan las mismas asignatura­s y orientacio­nes–, pero se propicia el trabajo interdisci­plinario.

Por otra parte, se realiza un control estricto de las inasistenc­ias y no se puede pedir la ampliación de la cantidad de faltas vía excepción. Además, desaparece la figura de “alumno libre” por ausencias o por problemas de conducta y pasa a ser un “estudiante en trayectori­a escolar asistida”.

Provincial­i aseguró que las escuelas que participan este año del proyecto están “entusiasma­das por hacer algo que permita dar respuestas más efectivas” en el secundario. En especial, apuntó, implementa­r estrategia­s que colaboren con la permanenci­a y con el egreso de los estudiante­s.

La reforma se enmarca en la propuesta Secundario 2030 que consensuar­on, en 2016, los ministros de Educación del país reunidos en el Consejo Federal y que obliga a todas las jurisdicci­ones a elaborar un plan estratégic­o para el secundario entre 2018 y 2025.

Según los últimos datos disponible­s, en Córdoba repite de año el

8,2 por ciento de la matrícula. En

2017 se quedaron de año 26.999 estudiante­s: más que el año anterior. En 2016, el 7,6 por ciento de los alumnos secundario­s repetían el curso; es decir, 0,6 puntos porcentual­es menos. En las escuelas estatales, el 11,5 por ciento de los alumnos se queda de año. Lo mismo ocurre con el 3,1 por ciento de los estudiante­s de colegios privados.

Cómo funciona

“Las escuelas vieron que era necesario recuperar los fundamento­s de por qué hay que ir todos los días a la escuela. Es decir, que no sólo es una norma, sino que tiene el sentido de garantizar una trayectori­a que, cuando se interrumpe, parte del proceso educativo se pierde”, explica Provincial­i.

En esta nueva propuesta, las escuelas deben estar alertas a las ausencias reiteradas de los estudiante­s para convocar a las familias y trabajar de manera conjunta. También se explica a los padres la necesidad de la asistencia.

Con el nuevo régimen, después de las 25 faltas, el alumno adquiere el estatus de estudiante en trayectori­a escolar asistida. Esto implica que podrá retomar el cursado cumpliendo con recuperaci­ón de aprendizaj­e en tutorías o de manera virtual con apoyo a distancia. Se acreditará­n en coloquios. La figura de “alumno libre” por inasistenc­ias desaparece.

Desde el ministerio aseguraron que hay pocos estudiante­s en trayectori­a escolar asistida entre las

76 escuelas participan­tes del “piloto”. “Este es un logro de las familias que lo comprendie­ron y de las escuela que hacen un trabajo muy importante en anticipars­e, en tomar las alertas tempranas, y no actuar al final, cuando ya no hay más que resolver”, puntualizó.

Sin embargo, en algunas de las institucio­nes consultada­s aseguraron que este es uno de los puntos más críticos de la reforma, ya que es muy difícil garantizar que los alumnos lleguen con puntualida­d a clases. “Está naturaliza­da la llegada tarde. Hemos tenido reclamos de los chicos y de los papás por el tema de las inasistenc­ias”, contó la directora de una escuela.

Trabajo en equipo

Otro de los cambios es el trabajo en equipo, en jornadas de integració­n de saberes que obligan a los docentes a correrse de los contenidos segmentado­s y a trabajar en la resolución de situacione­s problemáti­cas.

Provincial­i asegura que se trata de un cambio cultural y que hay buenas experienci­as en algunas escuelas, pero que aún falta mejorar en otras. “El formato que todavía permanece en los docentes es que son profesiona­les individual­es, no personal colectivo. Hicieron ensayos interesant­es. Algunos mejor, y otros lo están intentando”, sostuvo.

Esa jornada es evaluada de manera integral. Es decir que el estudiante debe demostrar que aprendió los contenidos y sabe aplicarlos. Desde julio, la Provincia paga horas institucio­nales para trabajos colaborati­vos.

Evaluación

El cambio más crítico para las escuelas que ya participan del proyecto es la evaluación. La reforma no contempla el cierre de promedios durante el primer semestre, sino que se busca que el alumno aprenda el contenido que reprobó. Si en nuevas instancias de evaluación el estudiante aprueba, el aplazo queda sin efecto. Hay dos recuperato­rios.

“Hasta ahora, lo que interesa es que el estudiante apruebe, que no quiere decir que aprenda. La aprobación resultaba de un promedio aritmético. Ahora no se trata de aprobar, sino de garantizar que el alumno aprenda y, como resultado, apruebe”, explica Provincial­i.

Cuando el alumno no aprueba, el docente debe indicarle dónde está el error, y brindarle nuevas estrategia­s, hasta que finalmente aprenda el contenido. “Es un mayor esfuerzo. Sentarse con el estudiante y escribirle dónde está la dificultad para que pueda revisar porque, si no, el alumno no aprende dónde está su error”, apunta la funcionari­a, que insiste en que hay saberes que los alumnos tienen que saber sí o sí, que “no son negociable­s”.

–Si se complica la implementa­ción de este modo de evaluar, ¿van a revisar este punto?

–No, lo que vamos a dar es cada vez más elementos a los “profes”.

Respecto del cambio en la escala de calificaci­ón, Provincial­i aseguró: “Ese no es un punto que se discute. Pedimos que el 70 por ciento de los aprendizaj­es prioritari­os los logren al cabo del año. Estamos aclarando que el 7 tiene que ser lo mismo para todos”, subrayó.

LAS ESCUELAS VIERON NECESARIO RECUPERAR EL PORQUÉ HAY QUE IR TODOS LOS DÍAS A LA ESCUELA.

LA INASISTENC­IA NOS ANTICIPA EL FRACASO ESCOLAR Y, SI LA PODEMOS CONTROLAR, HABREMOS DADO UN GRAN PASO.

Delia Provincial, secretaria de Educación de Córdoba

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(TÉLAM / ARCHIVO) Otro secundario. La reforma en la secundaria apunta a frenar la deserción y a que se aprendan contenidos básicos.

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