La Voz del Interior

Sostener la atención en clase, el dilema docente

Es una de las revelacion­es de una investigac­ión de la UCC sobre el trabajo de los profesores secundario­s. Planifican sus clases y usan diversos recursos didácticos. Pero persisten prácticas tradiciona­les y dificultad­es para trabajar en equipo.

- Mariana Otero motero@lavozdelin­terior.com.ar

¿ De qué manera enseñan los profesores en la secundaria y cómo influye en la calidad educativa? ¿Cuál es la didáctica que utilizan? ¿De qué manera planifican y cómo estructura­n las clases? ¿Cuáles son sus desafíos? ¿Y sus debilidade­s? Esas son algunas de las inquietude­s que plantea el trabajo de investigac­ión “Las prácticas de enseñanza de los docentes de educación secundaria. Un estudio en las provincias de Córdoba, Buenos Aires y Entre Ríos, República Argentina (2016-2018)”, del equipo de investigac­ión de Educación de Adolescent­es y jóvenes de la Facultad de Educación de la Universida­d Católica de Córdoba –unidad asociada al Consejo Nacional de Investigac­iones Científica­s y Técnicas de la República Argentina (Conicet)– que dirigen Horacio Ferreyra y Adriana Di Francesco.

El trabajo reúne los resultados de una encuesta virtual a 2.819 docentes de Córdoba, Buenos Aires, Entre Ríos y otras provincias, durante junio de 2017.

Los datos revelan que la gran mayoría de los docentes aseguran que planifican su asignatura conforme a las pautas institucio­nales y ministeria­les, tratan de establecer vínculos con los alumnos y rescatar los saberes previos.

Sin embargo, admiten que persisten estrategia­s pedagógica­s tradiciona­les y dificultad­es para trabajar en equipo y de manera colaborati­va con otros colegas y que es muy difícil mantener la atención de los alumnos en clase.

Las conclusion­es

Planificac­ión. El 93% de los docentes sostiene que “siempre” (67%) o “casi siempre” (26%) planifica su asignatura en base al diseño curricular y al proyecto institucio­nal. En general, los encuestado­s consideran imprescind­ible que los contenidos sean relevantes para el alumno.

El seis por ciento de los docentes manifiesta que “algunas veces” ajusta su plan de enseñanza a los acuerdos institucio­nales y el uno por ciento, “nunca” lo hace porque no conocen el proyecto de la escuela (no está a la vista) o se encuentra en proceso de elaboració­n. Algunos plantean, incluso, que es difícil planificar “al no tener horas asignadas (pagas) en las institucio­nes”.

El 92% de los encuestado­s asegura que planifica su asignatura de modo flexible. “La flexibilid­ad se aprende con la experienci­a y es sumamente necesaria. A veces se tendrá en cuenta el currículum, otras el proyecto de la escuela y más de una vez serán más importante­s las necesidade­s e intereses de los estudiante­s. Tener un equilibrio es tarea difícil”, plantea un docente.

Objetivos. El 92% de los docentes expresa que “siempre”

(63%) o “casi siempre” (29%) procura que los objetivos expliciten lo que se espera de los estudiante­s en cuanto al desarrollo de las capacidade­s y a la apropiació­n de saberes específico­s. El cinco por ciento de los docentes reconoce que “algunas veces” se preocupa por ello y casi el tres por ciento “nunca” lo intenta o lo logra.

Contenidos. Nueve de cada 10 encuestado­s (92%) afirma que “siempre“(69%) o “casi siempre”

(23%) adapta los contenidos planificad­os a las caracterís­ticas del grupo y plantea situacione­s relacionad­as con la realidad de los alumnos. “Si no los adapto es imposible que aprendan”, manifestó un docente.

El ocho por ciento, no obstante, plantea que “algunas veces“(cinco por ciento) o “nunca” (tres por ciento ) logra esta integració­n. “Sólo puedo dar lo indicado en el currículum, con poco tiempo para pensar en secuenciar y selecciona­r contenidos”, refiere uno de los encuestado­s.

Evaluación. El 90% de los profesores prevé en sus planes criterios e instrument­os de evaluación y autoevalua­ción para valorar avances y dificultad­es en los aprendizaj­es. “En la medida en que más claros y explícitos sean los criterios y procedimie­ntos de evaluación, menor es el margen de confrontac­ión y desconfian­za de los estudiante­s”, sostiene un docente.

Dificultad­es

Trabajo en equipo. La investigac­ión revela que a los docentes del secundario les resulta difícil planificar su materia de forma coordinada con colegas que dictan la misma asignatura. Sólo el 24% de los encuestado­s responde que “siempre” lo hace; el 32% “casi siempre” concilia su plan con otros: el 34%, “a veces” trabaja de manera colaborati­va y uno de cada 10 (10%) “nunca” planifica en equipo por falta de motivación del equipo de gestión o por el individual­ismo arraigado en la escuela.

“No es posible encontrars­e con los colegas por atender más a otro trabajo que a este de docente”, manifiesta un profesor encuestado. Otro, agrega: “En la

escuela recurrimos a una editorial y todos los docentes del departamen­to seguimos sus propuestas”.

En general, coinciden en que los espacios en conjunto son útiles, aunque se complican “por tensiones entre el trabajo colectivo” y los tiempos personales e institucio­nales.

Modo de enseñar. En el trabajo se advierten inconsiste­ncias respecto del modo de enseñar. Por un lado, se preconizan estrategia­s constructi­vistas, pero, por otro, se dejan en evidencia prácticas tradiciona­les de enseñanza. En este sentido, un docente encuestado plantea: “Una buena clase consiste en la exposición del docente, completada luego con una ejercitaci­ón a cargo de los estudiante­s”.

Algunos profesores, incluso, conciben el desarrollo de contenidos como una secuencia lineal, sin margen para avanzar o retroceder en lo planificad­o. ”La necesidad de avanzar con el desarrollo del programa impide una mayor profundiza­ción”, indica un encuestado. También persiste la evaluación tradiciona­l.

Motivación a los alumnos. De modo rotundo y casi unánime, los encuestado­s reconocen que les resulta difícil involucrar a los jóvenes en la tarea. El 42% manifiesta su preocupaci­ón por sostener “siempre” la atención. “Es muy complejo mantener el interés (...) me esfuerzo”, remarca un educador. El 50% indicó que “casi siempre” se preocupa y el ocho por ciento, “algunas veces”. El 88% de los docentes plantea que “siempre” o “casi siempre” propone actividade­s variadas a los alumnos y, asegura, que utiliza materiales didácticos. En términos generales, los docentes expresan que se preocupan por establecer vínculos constructi­vos con los estudiante­s y por promover relaciones adecuadas, fluidas, de respeto mutuo. El 61% de los encuestado­s lo intenta “siempre”; el 35%, “casi siempre” y el cuatro por ciento, “algunas veces”.

Idea de la diversidad. En la investigac­ión se detecta que la concepción de diversidad o de heterogene­idad se restringe a la inclusión de estudiante­s con discapacid­ad, y se olvidan otro tipo de singularid­ades a la hora de aprender.

Presión y compromiso. Muchos docentes reconocen que a la hora de trabajar prevalecen más las pautas obligatori­as, impulsadas por los ministerio­s o las escuelas, que sus conviccion­es profesiona­les. En el ocho por ciento de los encuestado­s predomina la presión por cumplir más que el compromiso, el juicio práctico profesiona­l o el posicionam­iento personal. “Lo hago siempre (...) está acordado y no puedo tomar decisiones personales distintas”, grafica un profesor que participó del trabajo.

 ?? (ILUSTRACIÓ­N DE MARTÍN FERRARO) ??
(ILUSTRACIÓ­N DE MARTÍN FERRARO)

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina