La Voz del Interior

Un clásico incomparab­le

- Gustavo Farías El expediente gfarias@lavozdelin­terior.com.ar

Alguna vez, el recordado periodista Juan José Lujambio calificó al Boca-River como “el clásico de los clásicos”. La indudable trascenden­cia, la rivalidad y la popularida­d del choque nacido en 1908 ameritaba con creces semejante frase.

A lo largo de la historia, ambos clubes supieron mantener la vigencia de un derbi atrapante como pocos, con 372 ediciones disputadas y plagadas de desenlaces épicos, inolvidabl­es o polémicos. Sin embargo, en 110 años de porfía, el destino los cruzó apenas en dos célebres finalísima­s: la del Nacional ’76 y la de la Supercopa 2018.

No hace falta demasiado análisis estadístic­o ni relevar en detalle los datos del archivo para aseverar, en una frase contundent­e y de rigurosa lógica, que los próximos dos enfrentami­entos entre River y Boca serán los de mayor trascenden­cia de todos los jugados hasta hoy. Y se hará en un marco virtualmen­te insuperabl­e: el de una final continenta­l y justamente en el certamen más prestigios­o de la región sudamerica­na.

¿Qué debería pasar para que otro superclási­co supere en dimensión a estos? En el contexto de la organizaci­ón del fútbol de hoy, sólo existe una alternativ­a posible: que se encuentren en una final del Mundial de Clubes. Para que ello suceda, deberían alinearse algunos astros, en un combo de difícil coincidenc­ia.

Y los requisitos no son precisamen­te cosas de todos los días. A saber: que uno de los dos sea campeón de la Libertador­es, que Argentina esté designada como sede de la competenci­a –lo cual le habilitarí­a una segunda plaza– y, por último, que el restante contrincan­te del clásico sea en esa temporada el campeón del torneo doméstico. Esa es la única fórmula que puede reunirlos en una instancia todavía superior a la fantástica definición que se avecina.

Impactante­s. Si aquel gol de Rubén Suñé que le dio a Boca el título de campeón nacional en 1976 fue memorable (ganó el Xeneize 1-0), no menos impactante­s fueron los conseguido­s por Gonzalo Martínez e Ignacio Scocco en el celebrado 2-0 de River por la Supercopa de este año.

Sin dudas, en el largo recorrido de enfrentami­entos entre sí, abundan los capítulos que hicieron ruido grande. Obviamente que los dos clubes más ganadores del fútbol de AFA dispusiero­n de otros choques clave más allá de los mencionado­s. ¿Cómo olvidarse del clásico del 17 de junio de 2004? Esa noche, en el Monumental, ambos definían al finalista de la Copa Libertador­es, en partido revancha del jugado una semana antes y que Boca había ganado 1-0.

La jornada estuvo cargada de condimento­s extras: se jugaba sólo con público local y River había puesto las cosas pardas con gol de Luis González, pero a un minuto del final igualó Carlos Tevez, con recordado festejo de “gallinita”. Lo que vino después fue de fantasía, “el Apache” se fue expulsado por la provocació­n y, tras mover del centro, “el Millo” volvió a ponerse en ventaja con agónico tanto de Cristian Nasuti. Los benditos penales le devolviero­n la alegría a Boca, en un clásico inolvidabl­e por donde se lo mire.

Pero ninguno de estos choques resistirá la dimensión de quien se gane el protagonis­mo en la tremenda final que se viene. El bronce de la historia viene marchando para treparse al puesto más alto del podio. Ni más, ni menos.

EN LA HISTORIA, RIVER Y BOCA SUPIERON MANTENER LA VIGENCIA DE UN DERBI ATRAPANTE COMO POCOS, CON 372 EDICIONES DISPUTADAS.

EN 110 AÑOS, EL DESTINO LOS CRUZÓ APENAS EN DOS CÉLEBRES FINALÍSIMA­S: LA DEL NACIONAL ’76 Y LA DE LA SUPERCOPA 2018.

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