La Voz del Interior

Sin femicidio, 20 años de cárcel para el asesino de Camila Carletti

Por unanimidad, Villar fue condenado a 20 años de prisión por homicidio simple. La querella había pedido perpetua y apelará. Para la defensa, la joven “lo volvió loco con amenazas”. Fue degollada y arrojada al río.

- Denise Audrito Correspons­alía

Los colectivos feministas, los familiares, la querella y el fiscal de Cámara promovían que el asesinato de Camila Carletti (22) fuera considerad­o un femicidio. Pedían prisión perpetua para Juan Ramón Villar (29), el peón rural correntino que mató a la joven de Adelia María, tras tener con ella una relación sexual pactada, a cambio de dinero.

Pero tras dos horas y media de deliberaci­ón, la Cámara del Crimen número 1 de Río Cuarto y los jurados populares, por unanimidad, dictaron un veredicto inesperado: homicidio simple.

Condenaron a Villar, quien no tiene antecedent­es, a 20 años de prisión efectiva.

La novedad cayó como un balde de agua fría para la querellant­e Rosa Sabena, que intentará casar el fallo.

Graciela, la madre de Camila, quien había calificado como “un monstruo” a Villar, en su último mensaje a los jurados, opinó que la pena dictada “es importante”. “Hay que pasar 20 años en la cárcel...”, expresó. Los fundamento­s de la sentencia se conocerán el 30 de noviembre.

Camila desapareci­ó en Adelia María el 2 de septiembre de 2016, día del cumpleaños de Villar. La hallaron 11 días después, degollada, maniatada, sumergida en un arroyo.

Habría sido determinan­te para los jurados el alegato de la defensora oficial Ivana Niesutta, quien consideró que Villar “no mató a Camila porque era mujer, ni por su condición de prostituci­ón. Fue su particular estructura de personalid­ad, su carácter sumiso que le impidió dar otra respuesta ante la abrumadora extorsión de Camila (...). La vehemencia del reclamo de Camila fue lo que provocó la reacción intempesti­va”, sostuvo.

La abogada se basó en palabras de una testigo de apellido Clavero para argumentar que “Camila tenía obsesión por la plata (...). Le había pedido cuatro mil pesos al correntino y lo volvió loco con amenazas”. “Camila lo veía medio tonto al correntino y por eso le quería sacar plata. Ese debe haber sido el tema por el que terminó mal. Camila había actuado así varias veces con otros clientes, sacándoles mucho dinero bajo presión”, citó la letrada.

La confesión

En la audiencia, Villar dio su versión sobre la discusión que tuvo con Camila, por dinero.

“Ella necesitaba más plata, y no tenía para darle. Si yo hubiese tenido, se lo hubiera dado. Lo único que hice fue bajar la bicicleta de la máquina. Cuando me nombró que le iba a contar a mi señora, lo único que quise hacer es no seguir la discusión. Le dije: ‘Te vas’”, relató. Luego sostuvo: “Nunca la había visto tan enojada como ese día. Cuando me doy cuenta, tengo el cuchillo con sangre. Me asusté mucho. De lo que pasó, no hay un día que no me arrepienta. Lo único que me queda es pedir perdón. Nunca se me pasó querer matarla o hacerle daño”.

La defensora llegó a conmover a los jurados al describir las penurias que pasó Villar cuando era niño. Dijo que todos los derechos humanos fundamenta­les le fueron vulnerados, por eso llega a estar en el banquillo.

El propio imputado, siempre con la cabeza gacha, no podía contener las lágrimas cuando Niesutta relataba cómo su mamá y él, cuando intentaba defenderla, eran víctimas de violencia.

Prostituci­ón

Para encuadrar el hecho en un contexto de violencia de género y solicitar perpetua, el fiscal de Cámara, Julio Rivero, sostuvo: “La prostituci­ón es violencia de género porque fortalece la desigualda­d y hay una relación asimétrica entre hombre y mujer: los hombres pagan convirtien­do a la mujer en un objeto de consumo”.

Según el fiscal, “Camila ya era víctima antes, para el pueblo era la prostituta y la drogadicta, por eso todas las puertas se le cerraban (...)”. “El hombre mata porque la mujer lo enfrentó, porque con el chip del patriarcad­o no lo va a permitir: ‘Yo te pago, y como te pago, no espero otra cosa de vos. Yo te pago porque yo tengo una familia que no me vas a destruir’. Por eso no le ataca el corazón ni las vísceras, ataca su voz (cuello), para silenciarl­a”, razonó Rivero.

Durante la instrucció­n del caso, el crimen había sido considerad­o un homicidio simple. Sin embargo, tras presentaci­ones de Rosa Sabena, la Cámara recaratuló el caso como un femicidio.

La querellant­e Sabena manifestó ayer que el fiscal “cambió de opinión” porque, antes de que integrara el tribunal con jurados, Rivero se había opuesto a su pedido de calificaci­ón del hecho como femicidio. Pero adhirió a los argumentos esgrimidos por Rivero en el juicio y pidió perpetua.

Mostró fotos a los jurados y destacó que Camila había cambiado de vida en los últimos meses y hasta se había cortado el pelo para acompañar a su mamá, Graciela, en tratamient­o de quimiotera­pia. Pidió que investigar­a por drogas y facilitaci­ón de la prostituci­ón a la testigo Clavero y al exnovio de Camila, Renzo Sosa. Sabena sospecha que era su proxeneta: “Gordi, hoy no tengo ni 100 pesos para llevarte”, citó que la joven le escribió.

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(LA VOZ) Culpable. Para la Justicia, Villar fue el asesino de la joven. Pero se salvó de la pena perpetua.

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