La Voz del Interior

Suscriptor­es “atrapados” en el plan de ahorro

- Gabriel Esbry Cuentas claras gesbry@lavozdelin­terior.com.ar

En los últimos meses, miles de suscriptor­es de planes de ahorro han quedado “atrapados” dentro de sus autos. Las cuotas se les han duplicado (o más) como consecuenc­ia de la suba en el precio de los vehículos. Y no son pocos los que tienen serios problemas para seguir pagando. El riesgo es que se les caiga el plan y, con ello, la ilusión de tener su cero kilómetros.

Un ejemplo concreto. Martín comenzó a pagar en abril de 2017 un plan por una camioneta que, entonces, valía 283.900 pesos. La cuota de ingreso al sistema le pareció accesible: 3.464 pesos. Aunque el esquema implicaba quedar enganchado por mucho tiempo, el costo mensual representa­ba apenas el 15 por ciento de su sueldo. “Pagable”, dijo, y se metió. Con la venta de su usado, más unos ahorros, a fines del año pasado licitó. Y ganó. Desde entonces, tiene una camioneta nueva en el garaje de su casa.

El problema comenzó en mayo. La cuota empezó a subir muchísimo mes a mes, incluyendo el costo del seguro con cobertura total que debió contratar como exigencia para retirar el auto. Hoy, el valor de su camioneta es de 494.100 pesos (nueva), pero la cuota se le fue a 11.179 pesos. Más de un tercio de su sueldo. Todavía puede pagarla, pero cada mes se le hace más y más difícil.

El caso de Martín es el mismo que el de miles de cordobeses que hoy se debaten entre devolver el auto o hacer un esfuerzo cada vez mayor –resignando otros gastos familiares– para pagar la cuota. Incluso, hay muchos que tienen la misma disyuntiva sin siquiera tener el coche: aún no salieron sorteados y nunca les dio el presupuest­o para licitar.

Las propias concesiona­rias y terminales automotric­es lo admiten: la mora en el pago de los planes creció fuerte desde junio a esta parte, con uno de cada cuatro suscriptor­es con dificultad­es serias para seguir pagando. Se reconoce el problema, pero poco se hace para alivianarl­o. Los precios que se aplican a los autos para los planes de ahorro son hasta un 50 por ciento más altos que los estipulado­s para ventas financiada­s por sistemas tradiciona­les. Y los gastos administra­tivos y de otorgamien­to crecen a la par del dólar, a pesar de que se trata de gestiones locales.

El sistema, regulado por la Inspección General de Justicia (IGJ), establece que aquel suscriptor que se quede en el camino tiene que esperar hasta que el ciclo de su grupo se termine (84 meses), para recién cobrar las cuotas que haya pagado.

Por eso, antes de caerse del sistema y perder mucho de lo invertido, una alternativ­a para esos suscriptor­es complicado­s es vender el plan y cambiarse a una financiaci­ón tradiciona­l. Aunque se ceda parte de lo que ya se ha pagado, con ese dinero se puede hacer una entrega y tomar un crédito de fábrica con cuotas fijas. Se trata de préstamos a 48 o a 60 meses con tasas que van del 20 al 40 por ciento; altas, sí, pero menores que la inflación actual. De ese modo, es probable que la nueva cuota quede en un monto similar a lo que hoy se paga por el “autoplan”, pero manteniend­o el mismo valor hasta el final de la financiaci­ón. Con el plan de ahorro, las cuotas seguirán indefectib­lemente en alza, a la par del valor del coche.

En cada caso, es necesario hacer números y ver si la “mudanza” conviene. Y lograr vender el plan, que seguro no es fácil. Menos hoy. De todos modos, siempre será mejor saber qué se va a pagar de aquí en más, para no vivir con la incertidum­bre atada al volante.

LA MORA CRECE EN LOS GRUPOS. SE ESTIMA QUE UNO DE CADA CUATRO SUSCRIPTOR­ES TIENE PROBLEMAS PARA PAGAR LAS CUOTAS.

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FOTOILUSTR­ACIÓN DE OSCAR ROLDÁN
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