Por una sociedad sin rencor
Los conflictos que ocurren en diferentes ámbitos del mundo producen en cada ser humano sentimientos negativos que afectan el desarrollo de la vida cotidiana.
Conflictos que no sólo se dan en nuestra sociedad, sino que también ocurren en un medio tan importante como lo es la familia, que, como todos sabemos, es la base de la sociedad.
Es entonces cuando aparece el rencor, provocado por algún resentimiento, arraigado en el interior del ser humano, que desequilibra y enferma el cuerpo y la mente.
El rencor perjudica al individuo, a la familia y a la sociedad en general.
Son varios los motivos que lo originan. Insultos, abuso de confianza, engaños, ofensas, maltratos generan resentimientos que se acumulan y provocan deseos de venganza.
Aparece así el sentimiento de odio que –como creo que sucede en la actualidad en nuestro país– no nos permite avanzar, pues continuamos arrastrando todo aquello que está en el pasado.
De ese modo se ahonda la famosa grieta, que afecta no sólo a nuestro presente sino también a nuestro futuro.
Ruego a Dios que con su intervención seamos libres de este sentimiento negativo, por el bien de nuestra generación y de las próximas generaciones.
No deberíamos dejar que la amargura y la bronca se conviertan en resentimientos duraderos que lleguen a perjudicar a nuestra descendencia.
Muchas veces hace más daño el rencor que las ofensas que recibimos. Rencor que en ocasiones se somatiza y provoca enfermedades que pueden ser incurables.
Dios le dijo a su pueblo: “No seas vengativo con tu prójimo ni le guardes rencor. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor ” (Levítico 19-18).
Hay quienes piensan que la venganza es necesaria cuando falla la justicia.
Tremendo error es hacer justicia por mano propia vengándose para reparar el daño.
El rencor desaparece cuando aparece el perdón. Sé que no es fácil perdonar y amar al prójimo cuando hay heridas en nuestro interior. Pero Él viene con su ayuda para que lo que nos pide en su palabra llegue a ser una realidad.
Quiera Dios acercarse a nosotros y brindarnos esa ayuda que necesitamos cada día. Dios te bendiga.
* Pastor evangélico, miembro del Comipaz