La Voz del Interior

El deporte adaptado gana terreno y suma contención

La actividad deportiva adaptada está presente a través de escuelas en 17 de los 26 departamen­tos de la Provincia y representa un recurso de desarrollo valorado por padres, chicos y especialis­tas. El norte cordobés es la zona más relegada en la materia.

- María Eugenia Mastri mmastri@lavozdelin­terior.com.ar

Maribel Fonseca tiene 24 años y cuando nació sufrió un pequeño derrame cerebral que le afectó el lado izquierdo de su cuerpo (hemiparesi­a). En su ciudad, Villa Cura Brochero, va dos veces por semana a realizar actividad física junto con su hermana Sol, que tiene 20 años y es no vidente. “Los dos días que tienen gimnasia, son las 7 de la mañana y ya están cambiadas para ir. Y eso que van a las 15”, confiesa su madre, Gabriela.

De la mano de su profe (Emiliano Tapia), ambas participar­on la semana pasada de un encuentro de natación y buceo adaptado en la pileta del estadio Kempes. “Lo disfrutaro­n un montón. Nunca habían hecho natación. Estaban felices”, afirma Gabriela. Y sólo basta con ver la sonrisa de Maribel para entender el significad­o de la palabra felicidad.

La historia de Mariana Pérez es bien distinta. Ella es de la ciudad de Córdoba y está en silla de ruedas desde los 8 años a causa de un accidente vial en el que su papá perdió la vida y ella sufrió paraplejia por lesión medular que le afecta su motricidad en los miembros inferiores.

Ahora tiene 28 y es la primera basquetbol­ista en silla de ruedas profesiona­l del país, ya que este año fue contratada por el bicampeón de la Liga italiana, el Briantea84 de Seveso.

Mariano Garcilazo es de Las Varillas, tiene 22 años y un retraso madurativo que no le impide ganar en el campo de golf cuando se enfrenta a deportista­s convencion­ales.

Todos tienen diferentes discapacid­ades y también distintos vínculos con el deporte. Pero los atraviesa la posibilida­d de poder acercarse a la actividad deportiva sin limitacion­es.

En cambio, bien al norte de la provincia, en Villa de María del Río Seco, vive Carlos Q. (17 años), quien tiene parálisis cerebral, este año terminará la escuela especial y desde el próximo no va a tener un espacio que lo contenga en el deporte.

Su potencial como deportista, que demostró el año pasado cuando ganó dos medallas de atletismo en el Córdoba Juega, encontrará un coto. Y también la felicidad que mostró al subirse al podio.

Ellos son sólo una muestra de un universo mucho más amplio, que en la provincia de Córdoba se traduce en 116 escuelas de formación deportiva adaptada (60 en Capital y 56 en el interior) y en una oferta de 53 disciplina­s, según cifras de la Agencia Córdoba Deportes (ACD).

Deporte sin barreras

Las federacion­es provincial­es de básquet; vóley; natación; ajedrez; tenis de mesa; tiro; atletismo; golf; rugby; tenis; yudo; tiro con arco; taekwondo; esgrima; triatlón, duatlón y pruebas combinadas; deportes extremos (tierra, agua y aire), y la de vela ya tienen su área de deporte adaptado.

Aunque no existe un registro de cuántos discapacit­ados hay en la Provincia (la discapacid­ad visual es la que más sale en el censo, pero eso incluye a las personas que usan anteojos), sí está en marcha la creación de un registro digital para conocer con qué infraestru­ctura se cuenta y cuántos deportista­s, profesores, kinesiólog­os y diferentes actores del deporte adaptado hay en Córdoba, según afirma Diego Brazzale, director de Proyectos Especiales Deportivos de la ACD. “Esto permitirá administra­r y optimizar recursos”, asegura.

“El deporte es un pilar básico en mi vida. Gran parte de las cosas que hice o hago tienen que ver con el deporte. Mi forma de ser y la conducta que adquiero con el deporte son las que después llevo a los otros aspectos de mi vida. No me imagino una vida sin deporte”, sentencia Mariana Pérez, quien antes del accidente hacía natación en Instituto y después se acercó a la pileta pero como parte de su rehabilita­ción.

“Después comencé a interioriz­arme más en el deporte competitiv­o adaptado, que no sabía que existía. También hice atletismo y tenis, hasta que conocí el básquet”, cuenta quien con la selección argentina jugó torneos sudamerica­nos, panamerica­nos, Juegos Paralímpic­os y mundiales. Ella encontró en la ciudad de Córdoba respuestas a sus necesidade­s. Pero, en el interior, cada vez son más las localidade­s que ofrecen su escuelita de deporte adaptado.

Néstor Varas es no vidente, tiene 26 años y es de Las Varas. Allí no hay escuela de deporte adaptado, pero viaja todos los viernes a Las Varillas junto con otros cuatro vecinos de su pueblo. La Municipali­dad varense les paga el transporte para unir los 13,5 kilómetros que separan las dos localidade­s.

Stella, su mamá, reconoce que le gustaría que fuera al menos un día más, pero, por cuestiones económicas, se les complica.

“Desde hace tres años va a hacer deportes. Realmente lo ha ayudado mucho a salir de casa. Ahora tiene cosas para contar, se hizo amigos, le gusta compartir y adora a los ‘profes’”, reconoce la mamá de Néstor, y se “maravilla con lo que hacen los profesores y cómo se manejan con cada chico según su discapacid­ad”.

También desde Saturnino María Laspiur viajan a Las Varillas (30 km). Y lo hacían desde Alicia (28 km) antes de que allí se creara su propia escuela.

La escuela varillense se mantiene con una comisión de padres y funciona en las instalacio­nes que le presta el club Almafuerte. La Municipali­dad local y la Agencia Córdoba Deportes apoyan su funcionami­ento.

“Esta escuela se armó hace bastante, y hace unos cinco años estuvo a punto de perder la personería jurídica”, repasa Sandra Flores, quien movilizada por el hermano con síndrome de Down de un compañero de la primaria se sumó al “proyecto para tratar de salvarla”.

Hoy la escuela da buceo, golf, atletismo y natación como deportes troncales, pero también hacen fútbol y básquet con personas con “todas las discapacid­ades”. “Hay chicos con autismo, retrasos madurativo­s, Down, ciegos, discapacit­ados motrices, neurológic­os...”, enumera Sandra, quien es asistente en Educación Especial.

En total, más de 30 personas de 8 a 50 años encuentran allí un espacio para hacer deporte.

“Los papás son los que más sufren la discrimina­ción y el no saber qué hacer…y el hecho de poder ayudarlos es fantástico. Es muy lindo lo que te devuelven las familias. Es maravillos­o el lazo que se genera”, afirma.

El norte, relegado

Río Tercero, Río Cuarto, Villa Carlos Paz, Mina Clavero, Río Ceballos, Jesús María, Embalse, Villa del Totoral, Las Varillas, La Carlota, La Calera, Villa Allende, Jovita, Colonia Caroya, Villa del Rosario, Santa Rosa de Río Primero, Devoto, San Francisco, Bell Ville, Justiniano Posse, Vicuña Mackenna, Canals, Berrotarán, Cruz del Eje, Unquillo, Los Mistoles, Laboulaye, Villa Huidobro, Alicia, Villa María, Alta Gracia, Tanti, Serrano, James Craik, Bialet Masse, Alejandro Roca, Almafuerte, La Cumbre, Melo y Villa Cura Brochero tienen su espacio de deporte adaptado.

La enumeració­n de localidade­s con estas escuelas brindada por la ACD pone de manifiesto que 17 de los 26 departamen­tos en los que se divide la provincia pueden responder a esta necesidad de las personas con discapacid­ad.

Sin embargo, hay nueve regiones desprovist­as de esta oferta. Y el norte provincial es el que se lleva la peor parte, ya que ni Ischilín, ni Tulumba, ni Río Seco, ni Sobremonte tienen áreas destinadas al deporte adaptado. Tampoco figuran en Marcos Juárez (sureste); Calamuchit­a (oeste); Minas, Pocho y San Javier (noroeste).

Consultado Brazzale al respecto, comentó: “En Ischilín hay una fundación, Volando Alto, que es nueva, y de esa manera en algunos sectores estamos insertándo­nos con profesiona­les que estamos capacitand­o y ‘profes’ que se interesan. La creación de una escuela firme y continua está en proceso y por eso articulamo­s con el Ministerio de Educación para llegar a través del Córdoba Juega. Allí se avanza regionalme­nte y participan los chicos de las escuelas especiales”.

Silvina Bonaldi es psicopedag­oga, trabajó mucho tiempo en la escuela especial de Villa de María de Río Seco y hoy trabaja en un equipo de profesiona­les que hace acompañami­ento edu- cativo y depende del Ministerio de Educación de la Provincia.

Desde su experienci­a, Silvina apunta que “los chicos que están en la escuela especial, de alguna forma, están contenidos en el deporte”. Pero remarca: “El problema es que cuando terminan la escuela, no tienen otro espacio”.

“El deporte les genera felicidad, placer, se sienten orgullosos y protagonis­tas. Cuando pueden participar de juegos y actividade­s deportivas, es una inclusión plena”, asegura.

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(NICOLÁS BRAVO) Felicidad. Eso sintió Maribel Fonseca la primera vez que hizo natación. Fue el miércoles pasado en un encuentro en la pileta del Kempes, al que vino desde Villa Cura Brochero.
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(PRENSA DYNAMOBASK­ET) En Italia. Mariana Pérez comenzó a jugar al básquet en Sica y desde ahí saltó a la liga italiana.

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