La Voz del Interior

Una interna en danza y el temor a perderlo todo

- Mariano Bergero Segunda lectura mbergero@lavozdelin­terior.com.ar

De manera reservada y ante sus socios de Cambiemos, el intendente Ramón Mestre admitió por primera vez que la Capital, la ciudad más importante y la única “grande” gobernada por la UCR, entre las cinco principale­s de la provincia, se “está perdiendo” a manos del PJ si los comicios se realizaran hoy.

Esa concesión fue lanzada por el jefe del radicalism­o en la reunión en la que, junto con sus pares titulares del PRO, el Frente Cívico y la Coalición Cívica, se firmó el compromiso de procesar –si no hay consenso– las candidatur­as mediante una interna abierta fijada para el 24 de febrero.

Mestre exterioriz­ó la complejida­d del escenario electoral del principal bastión opositor que él gestiona desde 2011. Lo hizo al evaluar y ponderar la convenienc­ia de fijar la fecha de los comicios municipale­s junto con las provincial­es del 12 de mayo o separarla y adosarla al 11 de agosto, día en que se llevarán adelante las Paso nacionales. Un casi seguro Mauricio Macri en lo más alto de la boleta rumbo a la “re” asegura un piso de arrastre importante en Córdoba.

Con potestad para fijar por decreto qué domingo de 2019 se votará en la ciudad de Córdoba, Mestre es el único de los jugadores de Cambiemos que tiene una carta extra en su mazo para la negociació­n. Y la usará, sin apuros, en convenienc­ia propia.

Entre los múltiples análisis que se trazan por estas horas en Cambiemos, hay quienes sostienen que Mestre podría abroquelar­se en la Capital, su territorio, si por algún motivo no resulta ser el candidato provincial de ese espacio. En ese escenario, el intendente centraría su estrategia en la ciudad y despegaría los comicios.

Macri estuvo ayer en Córdoba durante unas horas y, a diferencia de lo que sucedió en sus últimas incursione­s mediterrán­eas, no tuvo que ponerse en el trabajo de administra­r selfies y señales equidistan­tes hacia sus socios locales. Por motivos varios y casuales, Mestre, Mario Negri, Héctor Baldassi y Luis Juez estuvieron ausentes. “Rotando, rotando”, ordenó en tono jocoso el Presidente, cuando en octubre pasado visitó Río Cuarto y la dirigencia local se pegó a su figura para hacerse de una de cientos de postales que circularon.

¿Quién inclina la balanza?

En Buenos Aires, se sigue muy de cerca el capítulo local de Cambiemos. El lunes, en una reunión de la mesa política del PRO, el tema estuvo presente. Allí hubo duros planteos hacia los “amarillos” locales por haberse embarcado en una interna que los macristas que habitan la Casa Rosada no avalan.

“Marcos (Peña) fue claro: en las provincias donde no hay Paso, el sistema de elección serán las encuestas. Y lo desoyeron”, se quejaron en ese cónclave, del que no participan cordobeses.

En el PRO provincial, los melones no están tan acomodados en el camión como sugirió aquella foto de principios de noviembre en la que Nicolás Massot pareció tener cerrado un acuerdo con Baldassi, la única pieza que no termina de encajar en el puzzle del PRO provincial. Baldassi sigue respondien­do sólo a Peña.

Hacia adelante, esa postura, que parece inalterabl­e, será decisoria para el esquema que se imagina en la disputa interna. El exárbitro podría ser quien incline el platillo de la balanza hacia uno u otro lado. Donde juegue Baldassi jugará la Casa Rosada, con todo lo que eso implica.

Al tanto de que su rol será el de acompañar en la boleta a Mestre o a Negri, el radical que se quede con su apoyo (y el de Macri) podría cantarle “jaque mate” al otro. ¿Se atreverán Mestre o Negri a ir de todos modos a las urnas sin el apoyo de Balcarce 50? La interna podría volverse abstracta, lo que forzaría una negociació­n hacia abajo, materializ­ada en la Capital, un tesoro que el mestrismo asegura no entregará en ninguna circunstan­cia.

Ese botín, ahora, también es objeto de deseo del gobernador Juan Schiaretti.

Sin tener el OK nacional, en el PRO cordobés se analiza impulsar una fórmula “pura”: BaldassiGa­briel Frizza. Esa apuesta beneficiar­ía a Mestre, ya que dejaría a Negri sin aliados de peso. Baldassi no pondrá su apellido en esa entente, aseguran cerca de él.

Negri y Juez comieron un asado en la casa de Baldassi. Fue el jueves pasado, el mismo día en que los cuatro partidos firmaron el compromiso de resolver sus disidencia­s de modo democrátic­o.

Mientras Schiaretti espera por sus rivales, una atmósfera de desconfian­za interna y miedo a perderlo todo domina la escena aliancista.

EL INTENDENTE MESTRE MANTENDRÁ EL ENIGMA SOBRE LA FECHA DE ELECCIÓN EN LA CAPITAL HASTA SABER QUÉ ROL TENDRÁ EN 2019.

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Acuerdo. La interna está disparada, pero hay dudas de que se realice.

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