La Voz del Interior

Una picada sería la causa de la tragedia vial de Villa Warcalde

El fiscal que investiga la tragedia en Villa Warcalde, que dejó dos muertos, entiende que el Vento corría una carrera con un 208. El Peugeot fue secuestrad­o; su conductor se entregará. El principal acusado negó los cargos.

- Claudio Gleser cgleser@lavozdelin­terior.com.ar

El dato se escuchó, por primera vez, a los pocos minutos del trágico derrape, choque y vuelco del Volkswagen Vento gris. Cuando aún los peritos trabajaban para retirar los dos cuerpos de las jóvenes víctimas, el pasado domingo en el barrio Villa Warcalde, de Córdoba capital, alguien sostuvo que el Vento “iba corriendo” una carrera con otro coche que huyó.

La misma versión comenzó a repetirse una y otra vez. Luego, una filmación de una cámara de seguridad mostró una imagen inquietant­e: un auto oscuro iba a metros del Vento y, pese al impacto, siguió de largo, como si nada, y nunca volvió.

La investigac­ión judicial prosiguió a paso firme. Así fue que se obtuvieron más filmacione­s (públicas y privadas) y se avanzó en la recolecció­n de testimonio­s de sobrevivie­ntes y de testigos.

Así fue como en las últimas horas lo que, ya de por sí, era un terrible siniestro vial con un grupo de jóvenes amigos que volvía de bailar, terminó agravándos­e y derivó en la peor de las sospechas: la tragedia habría sido resultado de una picada callejera.

Así lo entiende el fiscal Ernesto de Aragón, quien agravó la acusación contra el conductor del VW Vento (Francisco Catalano, de 23 años) y logró que un grupo de pesquisas judiciales secuestrar­a el otro vehículo que habría participad­o en la carrera clandestin­a: un Peugeot 208 de color oscuro.

El sospechoso de conducir ese coche aquella madrugada se encuentra prófugo y podría entregarse en las próximas horas.

No está claro si quedará preso al igual que Catalano.

La presunción del fiscal es que ambos conductore­s son amigos o, por lo menos, conocidos.

Tanto es así que fueron vistos “charlando” el pasado domingo a la madrugada frente al boliche Tokio, en las afueras de La Calera. Luego, se los vio abordando sus respectivo­s rodados rumbo a Capital, donde residían todos.

Poco después de dos kilómetros, todo iba a terminar mal. Muy mal.

Carrera demencial

Según pudo averiguar La Voz, distintas filmacione­s de cámaras policiales y privadas mostrarían al Peugeot 208 y al VW Vento de Catalano circulando a alta velocidad, sobrepasán­dose entre sí y a otros rodados que, a esa hora, volvían hacia Capital, ya entrada la madrugada del 3 de febrero.

Fuentes judiciales señalaron que, además, ya obran en el expediente testimonio­s de sobrevivie­ntes y de otros testigos que dan cuenta de esa picada callejera.

Una versión da cuenta de que uno de los ocupantes del Vento habría gritado que fueran “más despacio”. Esto no fue confirmado.

La carrera duró poco más de dos minutos entre rectas, curvas y rotondas, con recorridos a alta velocidad, obviamente superando la máxima.

Una última filmación muestra el paso del 208 oscuro y, pocos segundos detrás, el del VW Vento de Catalano. El coche gris derrapa, “muerde” un cordón, choca un poste y comienza a dar tumbos en el camino Intercount­ries, ya en Villa Warcalde.

El final es conocido. Dos de las víctimas salieron despedidas del vehículo y murieron en el acto. Se trata de María Grazia Costanzo (19) y de Federico Cariola (22). Hubo tres sobrevivie­ntes: además de Catalano, se salvaron Mateo Feijo (22) y Camila Suárez (20).

El 208, según las fuentes, siguió de largo y nunca se detuvo.

El acusado negó los hechos

Federico Catalano está detenido en la alcaidía policial llamada “Unidad Penitencia­ría 9”. El test de alcoholemi­a confirmó que conducía ebrio aquella madrugada.

Si bien el peritaje mecánico no concluyó, los primeros trabajados investigat­ivos dan cuenta de que habría circulado a alta velocidad.

El fiscal De Aragón lo imputó por homicidio culposo (imprudenci­a), agravado por el uso de un vehículo automotor y por la pluralidad de víctimas.

Su situación penal se complicó aún más ahora: a la imputación original, el funcionari­o judicial le agregó el delito de “conducción peligrosa” (por correr una picada), una figura de tipo doloso.

En caso de ser condenado, el muchacho podría enfrentar una condena de entre tres y seis años.

Catalano fue indagado en la jornada de ayer en los Tribunales II. “Negó los hechos y se abstuvo de declarar”, indicó a este diario una fuente judicial. Acto seguido, el joven volvió a la alcaidía policial.

Otro veinteañer­o al caer

Respecto al otro acusado (el conductor del Peugeot 208), trascendió que se trata de un muchacho de alrededor de 20 años y que vive en la zona norte de la Capital.

Catalano residía con su familia en el barrio Villa Belgrano.

El otro conductor será imputado, preventiva­mente, por conducción peligrosa, pero no quedaría acusado por el doble homicidio culposo. Trascendió que su familia ya estaría “negociando”, abogado de por medio, su entrega.

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