Un debate similar en España
Al igual que el fenómeno de Uber para los vehículos, el alquiler temporario de viviendas y departamentos a través de plataformas digitales genera polémicas y cruces en distintas partes del mundo.
Iván Cisneros es un cordobés que vive en España desde hace 18 años. En 2015, junto a un amigo, se metieron en el negocio de los alquileres temporarios en Madrid y hoy manejan ocho departamentos en la capital española. “Recibo pasajeros a través de Booking o Airbnb. Los hoteles le exigieron a la Municipalidad que salga a controlarnos para ver si pagamos o no impuestos. Lo que en realidad quieren es eliminarnos, que no existamos”, enfatizó.
“En Madrid se está debatiendo qué va a pasar con los alojamientos turísticos y ahora mismo mi actividad no es totalmente legal, pero tampoco totalmente ilegal”, grafica. También citó que algunos alquilan hasta una habitación de la casa en la que viven.
El empresario hotelero carlospacense Alejandro Moroni viaja seguido a España por cuestiones familiares. Según relató, en Barcelona comenzaron a dictar normas y a acentuar controles para regular esta forma de alquilar habitaciones y viviendas, a pedido de las cadenas hoteleras que amenazaron, incluso, con irse de la ciudad.
Moroni aseguró que los controles se hicieron severos, y disminuyó la actividad informal. “En Barcelona, la legislación obliga a que la oferta de viviendas sea en blanco, con contrato comercial, que no sea encubierto, como es acá”, dijo.