La Voz del Interior

Todos los shows del Córdoba Open

De la “locura” de Fognini a la entrega de Schwartzma­n y la ansiedad por el choque cordobés de hoy: Cachin-Londero.

- Sebastián Roggero sroggero@lavozdelin­terior.com.ar

El show de Diego Schwartzma­n fue “el” show de los varios que se vivieron ayer en el entrañable ATP 250 cordobés. Ese show y los otros merecen una crónica...

Es un miércoles caluroso y loco en el predio del Mario Kempes. El tenis fluye en tres canchas y las noticias empiezan a llegar con una “bomba”. Marco Cecchinatt­o, el italiano de 26 años, es el 19 del mundo y también el último humano que le ganó al tenista que hoy no parece humano: a Novak Djokovic, el “1” del planeta.

Cecchinatt­o le dio clases a “Nole” en los cuartos de Roland Garros 2018 y después de esa caída, “Nole” se transformó en la máquina que gana torneos. Cuando desde la cancha 1 se corrió la bulla de que estaba perdiendo, empezó a llegarse gente hasta ahí. Y los que fueron a ver el show del tano, terminaron aplaudiend­o los puntos de un español de nombre de pila raro, Jaume, y de apellido Munar. Tiene 21 años y es el 89 del ranking. Y empezó a hacer temblar Córdoba con el 6-3, 3-6 y 6-1.

Un ratito después, llegó el show de Federico Delbonis, el argentino que menos ruido venía haciendo en la previa, pero que con su zurda hizo un trabajo de artesano para sacar de la Docta al español Carballes Baena. Delbonis es el 77 del mundo, pero jugó como un top 20 los últimos dos sets: los que ganó por doble 6-2 para remontar un 6-7 en la primera manga.

Entre los show de Munar y Delbonis, el show fue para la dirigencia de la Asociación Argentina de Tenis (AAT). Estaban Agustín Calleri (presidente), Mariano Zabaleta (vice) y Martín Vasallo Argüello (director operativo, un “coordinado­r”). Los tres, extenistas, estaban más que contentos con lo que veían: el clima tenístico en las tribunas tubulares.

Calleri, entre selfies con algunos hinchas, habló del show que se viene hoy: el duelo cordobés por cuartos de final (no antes de las 16.30) entre Juan Londero (112 en el ranking) y Pedro Cachin (280). “Va a ser un partido duro para los dos porque van a sentir presión, van a querer meterse por primera vez en una ‘semi’. Va haber mucho juego de fondo”, decía Calleri a Mundo D.

Otro que también tenía cosas para decir era Vasallo Argüello. Afirmaba que Córdoba es un polo para el tenis y que la AAT “tiene que ser una asociación para todos los jugadores y no sólo los profesiona­les”. Con energía en sus palabras, Vasallo Argüello pedía a través de este medio que, cuando se hable de tenis argentino, no se piense en los que están en el top 100. Su meta es un tenis social, un tenis “pasión de multitudes”.

En Córdoba, el público va en ese proceso de enamoramie­nto. Y las tribunas de las tres canchas lucieron más pobladas que los cinco días anteriores (es difícil hacer una estimación de gente de cuánto había el jueves). Se notó esa presencia en el partido más esperado de la tarde: el del italiano Fabio Fognini, el 15 del mundo, el 1 del torneo. Fognini sí que dio show. El suyo: el de los insultos, el de tirar raquetas y el de ser filoso con el árbitro. Perdió mansito 6-1 y 6-4 ante un esloveno que parecía aquel Federer que jugaba sin emociones, robotizado. Se llama Aljaz Bedene, es el 65 del planeta, pero se hizo querer por la gente. Dio un show de serenidad. Lo de Fognini fue un hola y chau bastante pobre.

Lejos de esa atención para Fognini-Bedene, el uruguayo Pablo Cuevas (92) le ganó al tunesino Malik Jaziri (43) 7-6 y 6-2. También lejos de esa atención para ver el olvidable paso del tano Fognini por Córdoba, tres personas trabajaban a toda tensión: Rodrigo Figueroa (de 34 años, nacido en Hurlingham), Nicolás Bulacio (31 años, de San Nicolás) y Adrián Parzajuk (de 47 y nacido en la Ciudad de Buenos Aires). Estaban encordando ¡siete raquetas! para un tal Diego Schwartzma­n (20). “El Peque” estaba a punto de saltar a la cancha para jugar con el italiano Alessandro Giannessi

(168). Los tres encuerdan hasta 60 raquetas por día, un trabajo que es un arte: cada tenista quiere su raqueta con tantos detalles que sacaría de quicio a cualquier obrero de otro trabajo. Esos detalles sirvieron para que Schwartzma­n la reme contra el tercer italiano que perdió en el día: “el Peque” lo dio vuelta tras un 6-7 en el primer set. Los otros sets fueron un show: 6-3 y

6-0. El del “Peque” fue “el” show de los shows del Córdoba Open.

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(TÉLAM) “El Peque”. Deja todo siempre, y ayer también.

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