La Voz del Interior

Una noche de clásicos inoxidable­s

Cacho Castaña y Valeria Lynch se recostaron en hits que vencen al tiempo. Él contó con el respaldo de una sinfónica; ella, con el de su registro impetuoso.

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El Festival de Peñas de Villa María vivió anoche una jornada de clásicos inoxidable­s de nuestra música popular.

Los nombres propios hablaban por sí solos en la previa, pero con el programa en curso apenas pasadas las 21, sus respectivo­s repertorio entregaron un vendaval de éxitos que no dio respiro.

El acto de apertura fue Cacho Castaña, un creador clave de la música ciudadana de este tiempo, cuya imagen se ha esmerilado por sus recientes comentario­s machistas y misóginos.

Pero su obra lo mantiene relevante. Y lo revitaliza por más que ande enclenque de salud (al final de su show, le agradeció especialme­nte a Guillermo Colman, su médico de cabecera).

Anoche, Cacho Castaña comenzó su concierto en compañía de la Orquesta Sinfónica de Villa María, formación con la que entregó versiones aterciopel­adas de Café La Humedad, La Gata Varela y Garganta con arena.

En esta seguidilla se dio algo curioso: en la previa de La Gata, Cacho contó cómo fue que quedó encantado por el fulgor de Adriana Varela y recordó que el tema ganó la edición 2008 del Festival de Peñas: y ya en Garganta con arena invitó a la mismísima musa de aquella composició­n, con quien protagoniz­ó pasos de café concert.

Entre tangos como Malena y Naranjo en flor, se sucedieron anécdotas e intercambi­os graciosos entre estos dos amigos muy cómplices.

Uno de ellos se dio cuando Cacho recordó que había tenido una novia en Villa María, a lo que Adriana retrucó: “¿Estará viva?”. Las risas, estruendos­as.

Posteriorm­ente, Cacho Castaña se paseó por su cancionero con semblante feliz y muy comprometi­do a la hora de insuflarle relevancia espacial y temporal. En ese marco, llegaron la romántica Para vivir un gran amor y la más testimonia­l Septiembre del ’88.

El cierre llegó con A mi manera, a pedido de Rony Vargas, el conductor de la fiesta.

Valeria Lynch ocupó la escena cerca de las 23, luego de ser presentada por Cacho Buenaventu­ra. Empezó su show con una versión enjundiosa de Muñeca rota ,ala que siguió una explicació­n que resumió el espíritu de la noche. Palabras más, palabras menos, la diosa de la canción romántica dijo que estaba allí para interpreta­r las canciones que todos querían escuchar. Y fue al hueso, claro.

Con look ultrasexy, hilvanó Señor amante, Qué ganas de no verte nunca más y Mentira .En esta última, estiró la nota final con la capacidad de una cantante lírica. El gesto fue recompensa­do con un aplauso estruendos­o, algo que, sin dudas, Valeria había ido a buscar.

 ?? (LA VOZ) ?? Gesto cómplice. Adriana Varela fue musa e invitada especial durante el concierto de Cacho Castaña.
(LA VOZ) Gesto cómplice. Adriana Varela fue musa e invitada especial durante el concierto de Cacho Castaña.

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