Un “refuerzo” impensado
Al plantel llegaron nueve futbolistas para intentar salvarlo del descenso, pero desde las divisiones inferiores surgió “la” incorporación: Joaquín Novillo.
A Joaquín Ariel Novillo, que el próximo martes cumplirá 21 años, no le pesó en lo más mínimo tener que hacerse cargo de la camiseta de Belgrano. Al menos eso fue lo que transmitió desde que le tocó debutar. Fue titular en los tres partidos que disputó la “B” desde la reanudación del campeonato y con toda la presión de tener que sumar para escaparle al descenso. Su solvencia no pasó inadvertida, como tampoco su porte: mide 1,90 metros. Fue campeón con la cuarta división y ya lució la cinta de capitán en la reserva de AFA. Sin embargo, su rapidísima adaptación al primer equipo no deja de sorprender.
En el empate 1 a 1 frente a Boca el domingo en Alberdi, que dejó ver un Belgrano entero y motivado, Novillo tuvo un rol protagónico. Primero, un mal despeje de él dio lugar al tiro de esquina con el que Lisandro López abrió el marcador para Boca, y pocos minutos después tuvo el gol del empate a su merced.
Su personalidad tiende a la autocrítica y no es alguien de muchas palabras. “Me estuvo haciendo ruido todo el partido el error de anoche (por el domingo), me cuesta mucho creer que es algo que puede pasar. Es un momento difícil porque sentimos una presión interna. Nos estamos jugando la vida”, declaró ayer en diálogo con Futbolémico de Radio Impacto.
Después de esa pifia, la primera desde que se hizo cargo del puesto de segundo marcador central, la gente lo aplaudió como señal de respaldo.
No muchos saben que el pibe de barrio Lomas de San Martín hizo sus primeras pruebas en el fútbol como delantero central. Quizás por eso conserve algo del instinto depredador en el área contraria. A los 22 minutos del primer tiempo, una notable estirada de Esteban Andrada evitó que marcara, de cabeza, su primer gol. Fue después de un centro de Leonardo Sequeira, desde la derecha, que conectó a pleno con el parietal izquierdo. Es un recurso que el DT Diego Osella deberá tener muy en cuenta.
“Nos quedó la sensación de que, si jugamos así y seguimos haciendo este trabajo, nos podemos salvar. Nos jugamos todo en Tucumán”, dijo con relación a la “final” del próximo viernes a las 21.10 ante San Martín.
Lo que viene
El plantel celeste ayer realizó tareas regenerativas con miras a su trascendental compromiso en La Ciudadela. Los defensores Marcelo Herrera (cumplió una fecha de suspensión) y Cristian Almeida (recuperado de una lesión) estarán a disposición de Osella. El primero volvería al equipo en lugar del expulsado Juan Patiño, mientras que el lateral tiene chances de ocupar el lugar de Juan Quiroga.
San Martín llega convulsionado tras la derrota 2-3 en Mendoza frente a Godoy Cruz, con expulsión de Lucas Acevedo incluida, y tras las amenazas que sufrió en las últimas horas el hijo del entrenador Walter Coyette.