“L
as pruebas que tenemos recolectadas, con base en testimonios y filmaciones, avalan la hipótesis de que iban haciendo una ‘carrerita’, una picada callejera. Y, en ese marco, sucedió la tragedia. Y ambos son responsables por igual, por más que uno de ellos no trasladaba a las víctimas. En conjunto, con su accionar, terminaron provocando el lamentable desenlace”.
Así se refirió ayer el fiscal Ernesto de Aragón, ante consultas de La Voz, al ratificar que, para la causa, la tragedia de Villa Warcalde –ocurrida el 3 de este mes y que dejó dos jóvenes muertos– ocurrió en el marco de una “picada”.
El funcionario fue más allá: decidió imputar por el delito de homicidio culposo agravado (por el uso de vehículo automotor y la pluralidad de víctimas) a los dos jóvenes involucrados en el siniestro. También los acusó por presunta conducción peligrosa (un delito doloso: con intención).
Los dos imputados son Francisco Catalano (23), quien conducía el VW Vento en el que iban las víctimas, y Álvaro Sánchez (23), quien manejaba el otro coche, un Peugeot 208 oscuro, ya secuestrado.
Precisamente, Sánchez se entregó una semana después a las autoridades junto a su abogado.
Tras el trágico siniestro, se había ido de vacaciones a México.
Por orden del fiscal De Aragón,