La Voz del Interior

Políticos explorando en las fronteras del coto Edgardo Moreno

- Edgardo Moreno Doble tilde emoreno@lavozdelin­terior.com.ar

Ni Mauricio Macri ni Cristina Fernández esperan ganar en octubre sólo con el voto de sus seguidores más fieles.

Para los convencido­s de Cambiemos, puede resultar suficiente remarcar las desventura­s de la expresiden­ta en los tribunales y atribuir las dificultad­es económicas a la pesada herencia.

Para los kirchneris­tas irreductib­les, puede bastar con subrayar todos los días que la economía está en crisis y soslayar las investigac­iones por casos de corrupción.

Pero en sus estrategia­s, ninguno de los dos bloques piensa que sólo las definicion­es identitari­as alcancen para ganar.

El kirchneris­mo desplegó por eso lo que tiene a su alcance para avanzar lo poco que pueda en el eje temático que le es más desfavorab­le: la corrupción.

Cristina necesita deslegitim­ar las causas judiciales en las que está acusada. En pocos días más, debe comparecer en el banquillo del primer juicio oral y público. Intentó posponer el trago amargo y no lo consiguió.

El primer juicio no es el más complicado que tiene por delante. Las investigac­iones que más teme son las derivadas de los cuadernos de Centeno y las de sus hoteles. En ambas está delatándol­a su contador, Víctor Manzanares.

Las declaracio­nes de Manzanares provocaron un impacto importante en la causa de los cuadernos. Ya son lejanos los tiempos en los que el kirchneris­mo ninguneaba el caso hablando de fotocopias.

Ahora, los exfunciona­rios más complicado­s reclaman desde la cárcel operacione­s de inteligenc­ia para voltear al fiscal del caso.

Porque desde las declaracio­nes de Manzanares y la viuda del exsecretar­io privado Daniel Muñoz, la investigac­ión se acerca a un destino incómodo: las maniobras y testaferro­s que habrían derivado esos fondos al patrimonio de Cristina.

Como el tono de la causa ya pasó de castaño oscuro, la estrategia política del kirchneris­mo se ha tornado más realista. Remite a la contención de daños.

El modo es conocido: denunciar que los arrepentid­os actuaron bajo extorsión. Con urgencia y sin chequear, como admitió con inusual franqueza uno de sus impulsores, Horacio Verbitsky.

Es llenar la peatonal con elefantes. Decir que todo y de cualquier lado es una oscura operación.

Si la conclusión en el ciudadano independie­nte es que al fin de cuentas todo apesta por igual, el kichnerism­o ya habrá conseguido avanzar un casillero en el terreno más difícil de su estrategia electoral.

El macrismo contraatac­ó en ese frente con los reflejos atentos, al exponer a Rodolfo Baratta, el funcionari­o protagónic­o de los cuadernos de Centeno, urgiendo desde la cárcel la embestida contra el fiscal Carlos Stornelli.

Pero el principal problema del oficialism­o es otro: la economía. Macri necesita enviar dos señales a los electores indecisos.

La primera es que la reactivaci­ón está cerca. El ministro Nicolás Dujovne ya lo dijo, pero Macri necesita que lo refrende la palabra de la garante de la transición: Christine Lagarde. Todavía no lo consiguió.

La segunda señal es un contrapeso de la primera. Macri necesita afirmar la idea de que aún tiene márgenes para desarrolla­r un programa propio y sustentabl­e para un segundo período de gobierno.

Viene convocando a economista­s de prestigio, para consultarl­os sobre las alternativ­as posibles. Esta señal es todavía demasiado tenue para las grandes mayorías afectadas por la crisis. Al voto económico no se lo seduce sólo con palabras.

Cabe reconocer, no obstante, que la apertura de un debate más argumental sobre la economía favorece una disminució­n de la crispación preelector­al.

Esa racionalid­ad es un activo escaso. Miguel Roca, uno de los siete juristas fundadores de la transición democrátic­a española, lo dijo con amargura hace unos días: “La crispación es la forma más soportable de la guerra. Pero es una guerra. Para ser extremista, basta con tener un día elocuente. La verdadera valentía está en la moderación”.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? Carlos Stornelli. El fiscal de los “cuadernos”, acusado por los K.
Carlos Stornelli. El fiscal de los “cuadernos”, acusado por los K.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina