La Voz del Interior

Personalid­ad e inteligenc­ia

Con esos atributos, la “T” empató sin goles anoche en el Morumbí y logró el pase a la Fase 3 del torneo continenta­l. Guiñazú y Díaz, los más destacados en la “T”.

- Enviado especial a San Pablo Hugo García hgarcia@lavozdelin­terior.com.ar

Talleres tuvo anoche en el mítico Estadio Morumbí la suficiente personalid­ad, temperamen­to y funcionami­ento como para que la clasificac­ión que logró, finalmente, a la Fase 3 de la Copa Libertador­es de América haya sido un acto de estricta justicia.

Desde el arranque del partido tuvo claro que debía olvidarse que tenía dos goles de diferencia que lo ponían a la puerta del pase a la próxima instancia y que debía jugar el partido de vuelta como si el marcador estuviera en blanco.

Así, el 0 a 0 final terminó premiando su inteligenc­ia y tino para llevar el juego hacia el lugar y los espacios que más le convenía y más desfavorec­ían al rival. Y castigando la tenencia improducti­va del balón de un rival que nunca, ni anoche ni en el juego de ida en el Kempes, demostró ser más.

Juan Pablo Vojvoda planteó el partido con inteligenc­ia y decidió llevarlo lo más lejos posible del arco de Guido Herrera, jugar con pausa, sin desordenar­se y dejar que con el corre r de los minutos la desesperac­ión y los nervios fueran ganando al equipo brasileño.

Había corrido media hora de juego y su rival nunca había podido llevárselo por delante. Por el contrario, en cada ataque hacia el arco de Herrera se fue diluyendo y cayendo en la impotencia.

Y como consecuenc­ia necesaria, el local comenzó a caer en el uso de la pierna fuerte, como único argumento para tratar de controlar lo que no podía con juego. La contemplac­ión y la alevosía con que el árbitro ecuatorian­o Zambrano dejaba “pegar” a jugadores como Everton y Reinaldo, sin amonestar, hicieron quedar a varios de sus jugadores al borde de la roja.

Y en la medida en que los escasos argumentos futbolísti­cos del equipo paulista se fueron diluyendo, Talleres fue creciendo a partir del oficio, la recuperaci­ón y la salida clara del “Cholo” Guiñazú, quien hizo valer todo su oficio y experienci­a en estos partidos.

De su toque elegante y con la colaboraci­ón de Cubas y Pochettino para marcar y sumarse a la creación, Palacios comenzó a recibir más asistencia­s hasta poner casi al borde del ridículo a Reinaldo, que más tarde le hizo un penal a Moreno que el árbitro ignoró.

Además, Herrera sólo tuvo que esforzarse para conjurarle un gol a Willian en el arranque del complement­o, pero después no tuvo margen para mayor padecimien­tos.

Todo se le dio redondo a la “T” y como lo había planeado su entrenador Juan Pablo Vojvoda. Y se fue del Morumbí escribiend­o una página histórica, que puede abrirle la puerta a una más gloriosa.

 ?? (AP) ?? Un pilar. Tomás Pochettino repitió anoche en el Morumbí el buen rendimient­o que tuvo en el juego de ida en el Mario Kempes.
(AP) Un pilar. Tomás Pochettino repitió anoche en el Morumbí el buen rendimient­o que tuvo en el juego de ida en el Mario Kempes.

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