Unahistoriade sometimiento y control asfixiante
Silvana Pereyra es la mujer que viene denunciando los pesares que ha sufrido durante meses, pero no ha obtenido demasiadas respuestas ni ha conseguido un freno al accionar de su ex Fabio Germán Olmedo que, asegura, sigue molestándola a pesar de la exclusión que ordenó la Justicia.
Además de la agresión que sufrió Benjamín Morra, Silvana relató a este diario los pesares que padeció por parte de su ex, hasta que se animó a tomar decisiones. Se animó a separarse, pero le costó mucho denunciar y pedir que las autoridades tomen medidas para que Olmedo la deje tranquila.
Soportó durante mucho tiempo una situación de sometimiento muy fuerte. “Yo me separé de mi exmarido porque era una situación que ya no aguantaba más; me dolía el estómago, tenía dolores de cabeza, me desvanecía, tenía mucho estrés porque no era libre como mujer”, resume Silvana cuando recuerda aquella etapa de convivencia.
“No podía salir a hacer las compras sola, ni ir al médico sin él, en el celular tenía sólo 10 contactos, me controlaba si estaba en línea y con quien estaba hablando por teléfono”, relata angustiada.
“De mi casa salía sólo con él. Si iba al médico, él entraba al consultorio; si iba al baño, se quedaba parado afuera. Fue estresante, me enfermaba esa situación, fueron demasiadas cosas para darme cuenta del maltrato psicológico”, contó a este diario.
Silvana comenzó a ir a una psicóloga donde pudo “vomitar todo” y logró “avanzar hasta ir al juez de paz” para exponer lo que le sucedía. Pero incluso hasta allí la “acompañó” Olmedo, que insistía en entrar porque “estaban juntos” y querían exponerle “los dos” lo que sucedía. Sólo con la insistencia y el coraje de ella y con la intervención del funcionario, consiguió hablar sola y relatar lo que padecía. Ella sabía que “volver a casa era como volver a la cárcel”.
El juez de paz la envió a hacer la denuncia, “pero la Policía nunca me llevó el apunte”, aseguró la mujer a comienzos de este mes.
Silvana recuerda que él le impesumamente día “tener amistad ni relaciones con sus parientes”.
“Yo prácticamente no dormía, él me amenazaba que si me separaba él se mataba. Cuando conseguía dormir, él estaba mirándome”, asegura.
Sobre las primeras restricciones ordenadas por la Justicia tras la agresión a Benjamín Morra, Silvana sostiene: “La Policía no se calentó en hacer la restricción”. Días después, a pesar de que comenzaron a respetar las órdenes judiciales, ella relató que no podía circular por la villa serrana porque Olmedo había ocupado una propiedad al lado de la casa de una amiga y que no podía transitar por un sector porque él amansaba caballos en un terreno donde la observaba. “No sé por dónde pasar”, resumió.
A pesar de relatar todas esas vivencias, que considera “un infierno”, Silvana omitió un tema del que no tenía ganas de hablar. Después de varios rodeos, se atrevió a responder la pregunta: “¿El te golpeaba?”. A duras penas, respondió afirmativamente.
LA VÍCTIMA DE ESTA GOLPIZA ES UNA PERSONA QUE HA TRABAJADO COMO VOLUNTARIO EN ACCIONES SOLIDARIAS.