La Voz del Interior

La divina proporción

- Pedro Torres* Fraternida­d religiosa

Suele hablarse de la divina proporción como de un concepto de las matemática­s y de la geometría que aparece en los patrones de crecimient­o de los órganos y en la biología.

Era conocido ya por los sumerios, más de tres mil años antes de Cristo, y fue usado tanto por los egipcios en la construcci­ón de las pirámides como por los griegos en la fachada y planta de sus templos. En el Renacimien­to, Leonardo Da Vinci popularizó este concepto cuando ilustró un libro de un matemático de su tiempo, en 1509.

Aristótele­s describe la necesidad de esta proporción en la conducta humana para alcanzar la felicidad por el camino de la virtud; de hecho, en su Ética a Nicómaco dice que “todo hombre instruido y racional se esforzará en evitar los excesos de todo género, sean en más sean en menos; sólo debe buscar el justo medio y preferirle a los extremos”.

Este justo medio no es para él sinónimo de mediocrida­d o tibieza sino una búsqueda de lo pleno, de lo eminente, tanto en el actuar como en las pasiones, por el camino de la moderación o prudencia.

Podemos decir que la virtud promueve un justo medio no de tipo convencion­al sino crítico, no superficia­l o epidérmico sino marcado por la profundida­d del sentido de la vida y la trascenden­cia.

Da la impresión de que en la cultura cotidiana estamos necesitand­o reaprender las matemática­s, la geometría y mucho más la ética, porque hemos confundido la felicidad con el bienestar, y el bienestar, con consumir y acumular.

Nos creemos libres, pero estamos domesticad­os por un ritmo vital tan acelerado que no percibimos la desproporc­ión: de promesas de campañas y de expectativ­as mágicas de solución; de tasas e impuestos que asfixian y de márgenes de ganancia en el mundo comercial que parecen usurarios; de anhelos de una justicia demasiado largamente esperada y de reclamos que producen víctimas y perjudican a terceros que no tienen nada que ver; de cansancios, decepcione­s y tristezas como si no hubiera nada bueno y bello a nuestro alrededor y digno de ser celebrado, y búsquedas de alegría en la adrenalina o la droga que enajena.

Todo debe encontrar su medida si queremos construir un mundo más humano y feliz. Sólo del amor se puede decir que su medida es amar sin medida.

* Obispo católico, miembro del Comipaz

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina