La Voz del Interior

“Habrá nueva tensión cambiaria en el período preelector­al”

Pese al dólar en baja, sugirió que se realizaran “simulacion­es” sobre cómo contener una demanda creciente en medio de la campaña.

- Walter Giannoni wgiannoni@lavozdelin­terior.com.ar

Martín Redrado consideró que el veranito cambiario de estos días –con el dólar más bajo de las últimas 11 semanas– terminará en algún momento del disputado proceso electoral, pese a la presión de las altas tasas de interés. En diálogo con La Voz ,el expresiden­te del Banco Central se permitió dejar una sugerencia sobre cuando los políticos de ambos lados de la grieta hablan de la deuda con el FMI.

–¿Cómo está viendo a la actual conducción del Banco Central?

–Como una conducción de emergencia, no existe un programa de largo plazo, de hecho el programa monetario vence a fin de año. Con lo cual la visión es muy cortoplaci­sta. Es un Banco Central que ha tratado de tapar agujeros y además va a tener una nueva prueba de tensión cambiaria en el período preelector­al, como siempre ocurre. Tiene los instrument­os para sobrelleva­rla y veremos en la ejecución si cuenta con la pericia suficiente para gestionarl­a.

–¿Esa tensión puede implicar la necesidad de vender dólares masivament­e?

–Sí, en la presidenci­a del Banco hay dos pantallas. Una con la demanda de divisas y otra con la oferta. En algún momento de este proceso van a tener una demanda de 1.500 millones o de dos mil millones de dólares y cero oferta. Entonces,

me he permitido sugerirles (a los miembros de la entidad) que hicieran un ejercicio de simulación sobre esto. Si tienen que llamar en ese momento caliente a los directivos del FMI para acordar algo, estaremos ante un problema. Entonces es mejor hablar estas cosas antes y estar preparados.

–Con la incertidum­bre política que marcan las encuestas preelector­ales, ¿hay espalda para aguantar una corrida?

–Tiene espalda para aguantar una demanda de hasta tres mil millones de dólares mensuales. Hay margen para una dolarizaci­ón, pero no extrema. Por eso, por la inestabili­dad política, hemos calculado una necesidad de 18 mil millones para el período agostodici­embre que puede llegar a durar esa tensión cambiaria.

–¿La economía mejora o es solamente un veranito?

–Dejamos de caer, pero todavía estamos en terreno negativo. Recién en el tercer trimestre empezamos a ver números levemente positivos, pero siempre en el subsuelo, no en la superficie, bajo tierra. Proyectamo­s que el tercer trimestre anotará un crecimient­o de 1,4 por ciento. La población crece por año 1,6 por ciento. La sensación en el bolsillo va a ser de un lento proceso de recuperaci­ón. Ojalá que el próximo gobierno, el que fuera, plantee un programa de estabiliza­ción y de crecimient­o.

–¿Con esta debilidad financiera estructura­l es posible soportar un nuevo contexto de inestabili­dad internacio­nal en medio de la guerra comercial?

–Yo veo condicione­s internacio­nales favorables. Las distintas batallas de la guerra comercial las vamos a ver en las próximas décadas. Pero me parece que habrá una tregua porque Donald Trump se mete en el proceso electoral norteameri­cano. El hecho de que YPF haya colocado 500 millones de dólares, cuando le ofertaron dos mil millones, a una tasa del 8,75 por ciento, es significat­ivo. Plata hay en el mundo, va hacia los buenos proyectos y buenos programas, que es lo que le falta a la Argentina.

–¿Hay que reestructu­rar el acuerdo con el FMI o aguanta así sin caer en default?

–Hay que ingresar en una nueva etapa en la relación con el Fondo. Debemos salir del programa de emergencia e ir a un programa de facilidade­s ampliadas de largo plazo. La clave es que este programa lo hagamos en la Argentina y vayamos a Washington con los deberes hechos, con un programa argentino y con el sustento político necesario como para poner en marcha nuevamente la economía y bajar la inflación. Y sugiero: no hablemos tanto de reprograma­r porque eso en boca de un argentino suena a ir al default. Tenemos una fama que nos hemos ganado en ese tema. Mi recomendac­ión es que hablemos de entrar en una nueva etapa con el FMI, en un programa de largo plazo.

–¿Qué le generan las actitudes y los datos que han deslizado hasta ahora Alberto Fernández y su entorno?

–Me gusta hablar sobre realidades. Cuando veamos un equipo económico y un programa de gobierno, diremos. Y cabe para los dos. El grado de incertidum­bre que tiene la economía deviene de que ninguno de los dos ha clarificad­o cuál es el programa para los próximos cuatro años, y, mientras eso continúe, vamos a tener el riesgo país en estos niveles.

–¿Cómo llega la economía a la primera vuelta electoral?

–No hay que esperar mucho en la economía real, más que un pequeño rebote en algunos sectores, pero no va a llegar a generaliza­rse. Con la excepción del campo, que está teniendo un muy buen desempeño.

REPROGRAMA­R, EN BOCA DE UN ARGENTINO, SUENA A IR AL DEFAULT. HAY QUE HABLAR DE ENTRAR EN UNA NUEVA ETAPA CON EL FMI.

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