La Voz del Interior

El futuro del transporte ante la falta de subsidios

Tras aumentar durante 16 años, en 2019 se redujeron y se licuaron por inf lación.

- Diego Marconetti dmarconett­i@lavozdelin­terior.com.ar

Las adaptacion­es que deberá sufrir el sistema, según los especialis­tas.

Hasta 2002, el sistema de transporte de pasajeros funcionaba sin aportes estatales directos. Desde entonces, y hasta finales del año pasado, esos subsidios fueron creciendo al ritmo de los aumentos salariales y de los costos, hasta que en enero pasado comenzó a regir un nuevo esquema acordado entre la Nación y las provincias.

La nueva política implicó una reducción de los subsidios respecto al año anterior de alrededor del 20 por ciento, que tendrá un efecto mayor gracias a la inflación de este año, proyectada por las consultora­s privadas en torno del 40 por ciento.

Y todo parece indicar que esa política de dilución por inflación de los subsidios se mantendrá, por lo que los impactos continuará­n.

Pero ¿cómo era posible que hasta 2002 no hubiese subsidios? Hasta ese momento, la tarifa cubría los costos del servicio.

En la ciudad de Córdoba, el boleto se pagaba con la tarjeta Red Bus o con cospeles. Cada viaje valía, por ejemplo en 1998, 80 centavos.

Por entonces regía la Ley de Convertibi­lidad, por lo que el pasaje equivalía a 80 centavos de dólar.

¿Qué se compraba con ese dinero? Para tener alguna referencia: el kilo de pan, un litro de cerveza o un litro de gaseosa costaban un peso. Un café en el Centro podía pagarse entre un peso y 1,20. El precio de tapa de La Voz era 1,20 pesos.

Un parámetro que es metodológi­camente válido en los estudios sobre transporte es el impacto del viaje en el salario mínimo. Se contabiliz­an 40 viajes mensuales.

En la era presubsidi­os, el salario mínimo era de 200 pesos. Así que una persona que viajaba dos veces por día hábil tenía que gastar 32 pesos: el 16 por ciento del sueldo.

Desde 2002, esos valores fueron variando. En comparació­n con el dólar, en 2004 cada viaje eran 32 centavos de la moneda estadounid­ense: el boleto costaba 95 centavos y cada dólar cotizaba a 2,95 pesos. El sistema ya recibía aportes nacionales.

No obstante, hubo momentos en que superó el precio sin subsidio, pese a los millones de pesos que se inyectaban para pisar la tarifa.

En 2015, el boleto aumentó a 8,30 pesos mientras que el dólar oficial cotizaba a nueve pesos. Así, equivalía a 95 centavos de dólar.

Ya sin cepo ni cotizacion­es paralelas, en 2017 el viaje equivalía a 85 centavos de dólar, ya que la divisa estaba a 18 pesos y el pasaje a 15,38.

Hoy, los 28 pesos equivalen a 65 centavos de dólar, con la última cotización (44,30 pesos).

Si el precio se fuera a los 80 centavos de la época presubsidi­os, costaría 34,72 pesos. Muy cerca de lo que pretenden los empresario­s del sector, aunque teniendo en cuenta los subsidios que aún se aplican.

Con el índice del salario mínimo, ese valor también fue variando desde 2002. Por ejemplo, del 16 por ciento de la época presubsidi­o se llegó a un piso del 4,35 por ciento en 2011, con el pasaje a 2,50 pesos y el sueldo en 2.300 pesos.

Y los valores actuales son los más altos desde que están los subsidios. Los 40 viajes a 28 pesos que cuesta hoy el boleto representa­n el

8,96 por ciento del salario mínimo, que está en 12.500 pesos.

Haciendo un ejercicio inverso, el

16 por ciento del salario más bajo hoy resultaría con un boleto a 50 pesos.

Transición traumática

Distintos especialis­tas consultado­s por La Voz coincidier­on en que, con las condicione­s actuales del sistema, sería traumático volver a un esquema sin subsidios.

“Hay una dependenci­a absoluta”, sintetiza el arquitecto Carlos Funes, quien fue funcionari­o de Transporte en las gestiones de Ramón Bautista Mestre y de Luis Juez.

“Se hizo todo lo posible para afianzar la dependenci­a del subsidio: es ineficienc­ia empresaria­l, estatal y gremial. Desde 2002, es escandalos­a la caída de pasajeros”, señaló.

Mario De Dío también fue funcionari­o en esas dos gestiones municipale­s. Señaló que, en los últimos 17 años, se sumaron numerosas urbanizaci­ones a la ciudad, lo que aumentó los costos.

Carlos Lucca es investigad­or de la Universida­d Nacional de Córdoba y forma parte del Observator­io Urbano. Profundizó esa caracterís­tica: se registró un crecimient­o urbano de baja densidad que conspira contra la posibilida­d de contar con un sistema de transporte con menores costos operativos.

Claudio Falavigna, también

investigad­or universita­rio y miembro del Instituto de Formación en Administra­ción Pública (Ifap) de la UNC, sostuvo que el aumento de tarifa producto del subsidio provoca que los usuarios se pasen a otros modos, lo que termina repercutie­ndo en la calidad del servicio.

“Los gobiernos ponen plata en el transporte por las externalid­ades: implica menos contaminac­ión, mejor calidad de vida urbana y más eficiencia”, explicó.

Esteban Martos, de la Fundación Progresar, advirtió que continuar con esta política, y seguir disminuyen­do los servicios, “no sólo fomenta la desintegra­ción social sino que nos aproxima a una crisis de movilidad”.

“Con la actual infraestru­ctura de la ciudad, existen hoy numerosas vías e intersecci­ones, en gran parte del día, que están próximas a niveles de saturación, que si no se replantean y si no se desarrolla un esquema sustentabl­e, derivaría en un colapso o desertizac­ión de zonas por la mala gestión de movilidad”, remarcó el especialis­ta.

Qué dicen las empresas

Gustavo Mira, empresario de Coniferal, afirmó que cree que sí se puede ir a un modelo en el que la tarifa cubra todo el costo.

“El sistema va a funcionar en tanto y cuanto le des agilidad y dinámica. Eso implica buena velocidad comercial, que al usuario le convenga ir en ómnibus”, aseguró Mira.

El empresario descree que una mayor tarifa provoque una caída en el corte de boletos.

Al mismo tiempo, dice que con un boleto acorde, si se le ofrece calidad al usuario, se compite seriamente con los modos individual­es.

 ?? (LA VOZ/ARCHIVO) ?? Asambleas y paros. En los últimos días, los usuarios sufrieron la inestabili­dad del servicio de transporte en la ciudad de Córdoba.
(LA VOZ/ARCHIVO) Asambleas y paros. En los últimos días, los usuarios sufrieron la inestabili­dad del servicio de transporte en la ciudad de Córdoba.
 ??  ?? Saturación. En algunas horas del día, muchas vías están colapsadas por el tráfico. Especialis­tas piden que haya gestión de la movilidad.
Saturación. En algunas horas del día, muchas vías están colapsadas por el tráfico. Especialis­tas piden que haya gestión de la movilidad.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina