De aquel del ’79, al de hoy
“¿Querés acomodar gente en las tribunas?”. El chico, de 14 años, no dudó y respondió: “¡Sí, claro!”. Cualquier excusa servía para ver en acción al equipo nacional ante Francia en la canchita de Redes Cordobesas, aquel 27 de agosto de 1979. El partido, por la Copa Intercontinental (competencia que cruzaba a selecciones americanas y europeas para una sumatoria de puntos por continentes), ponía en Córdoba a los mejores exponentes de ambos.
El atractivo estaba garantizado con la presencia del “Runcho” Prato, el crédito local, al “Tola” Cadillac, Adolfo Perazzo y Miguel Cortijo. Los franceses, precedidos de buenos antecedentes, venían invictos y traían a todas sus estrellas. Entre ellos sobresalían Hervé Dubuisson, considerado uno de los mejores basquetbolistas galos de todos los tiempos hasta la aparición del mítico Tony Parker. Los visitantes tuvieron un comienzo arrollador con un 15-1 adelante, pero cuando Argentina ajustó su defensa, se “desinflaron” y perdieron la etapa por 13 (46-33). En el complemento, el local llegó a un triunfo cómodo 102-81.
Al final del juego, el joven acomodador se llevó de recuerdo la firma de los protagonistas y el bautismo de un partido internacional en sus retinas. Estaba feliz, había visto ganar a su selección y soñaba con un futuro de basquetbolista. Admiraba a Antonio Arnaldi y Omar “Tomate” Suárez, valores del club local, que por aquellos años competía por el protagonismo con Atenas, Hindú Club e Instituto. Pero sus dotes para el juego eran inversamente proporcionales a su tremenda pasión por el deporte y apenas le alcanzó para estar en la reserva.
El tiempo le dio revancha desde otra función, la de periodista. En 2006 volvió a ver su selección ganadora ante los franceses en el siguiente juego oficial (80-70 en Sendai, Japón, por el Mundial) y hoy en Beijing, ansiando otra victoria. Pasaron 40 años de aquel partido en barrio General Paz... No se olvidará jamás. Ojalá tampoco del de hoy.