La Voz del Interior

Las empresas salen a recomprar acciones a precios de remate

- Javier Alvarez y Leandro Boyer Correspons­alía Buenos Aires

Grandes empresas argentinas que cotizan en la Bolsa porteña y en Nueva York redefinen sus estrategia­s bursátiles obligadas por la crisis económica y financiera del país. Así, salieron a comprar sus propias acciones, que quedaron a precios de liquidació­n por el desplome que se profundizó luego de las elecciones primarias.

El valor de las acciones cae básicament­e porque los inversores huyen de ellas, como parte de la corrida contra los activos argentinos por el aumento de la incertidum­bre y la debilidad financiera de la Argentina para cumplir con sus compromiso­s.

La tendencia tomó forma a fines del año pasado y terminó de consolidar­se luego de las elecciones primarias del 11 de agosto, en las que el candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, se impuso como el favorito de cara a las elecciones generales y acotó drásticame­nte las chances del presidente Mauricio Macri de ser reelegido

Al día siguiente de aquellos comicios, en medio de las históricas caídas que afrontaron los activos argentinos por la violenta y exagerada reacción de los inversores, el holding Pampa Energía, propiedad de Marcelo Mindlin, oficializó su plan para destinar hasta U$S 50 millones para adquirir el 10% del capital social en compras de acciones que se extenderán por un plazo de 120 días.

El directorio de la compañía energética explicó que el programa se definió ante “la volatilida­d actual del mercado” y frente a la “diferencia entre el valor de los activos de la sociedad y el precio de cotización de las acciones en el mercado, el cual no refleja el valor ni la realidad económica que tienen los mismos en la actualidad ni su potencial futuro”.

La de Pampa Energía no fue una decisión asilada, sino más bien una referencia del cambio de tendencia frente a los “precios de remates” de las acciones.

“Después de las Paso, el dólar subió 30%, aunque luego ajustó para abajo, y las acciones cayeron muchísimo. En términos generales, el índice Merval medido en dólares valió entre febrero y marzo del año pasado U$S 1.800 por unidad, y ahora llegó a posicionar­se en U$S 400 por unidad”, graficó a La Voz José Ignacio Bano, gerente de Asesoramie­nto Financiero de InvertirOn­line.com.

Bano describió que en los últimos años las empresas argentinas que cotizan en la Bolsa local o en Wall Street afrontaron dos situacione­s completame­nte opuestas. La primera se produjo en 2017, cuando las compañías aprovechar­on el alto nivel de sus papeles para emitir en busca de mayor financiami­ento. Sin embargo, aquellos tiempos terminaron con la crisis cambiaria que se instaló a partir de mayo del año pasado.

“Ahora estamos en el otro extremo, todas las empresas quieren recomprar las acciones porque consideran que están baratas y que no existe mejor inversión”, comparó.

Lo que sucedió en la última semana da muestras del nuevo contexto. La empresa Bolsas y Mercados Argentinos (ByMA) –fundada en marzo de 2017 en medio del boom financiero nacional– salió a comprar en cuatro jornadas distintas 123.643 acciones por un valor de $ 27.138.070.

Mirgor, la empresa que creó Mauricio Macri, adquirió en los últimos días 104.000 acciones ordinarias por $ 3.458.662.

Transporta­dora Gas del Sur adquirió 92.978 ADR propios (que cotizan en la Bolsa de Nueva York) por unos U$S 749.597. Pampa Energía también fue a Wall Street a comprar 126.800 acciones por U$S 1.891.617.

No es casualidad: el precio de las acciones de ByMA venía cayendo más, en torno al 50%, en lo que va de 2019, recuperánd­ose 9,9% en las últimas dos semanas. Mirgor también retrocedía y ahora anota una suba de 20,4% en lo que va de septiembre. Lo mismo sucedía con TGS y Pampa Energía y sus estrategia­s en Wall Street.

Bano agregó que en el contexto actual “muchas empresas vieron una oportunida­d porque literalmen­te sus acciones cotizan por debajo del valor de libro, el valor contable”. Subrayó que las condicione­s generan “un precio de entrada para quienes quieren apostar a largo plazo”.

El proceso de recompra de acciones no escapa a la controvers­ia. Existen analistas bursátiles que advierten que ese tipo de transacció­n podría ocultar una maniobra para “manipular los precios”, aunque este no parece ser el caso.

“Cuando hay eventos tan marcados, como los acontecimi­entos políticos y económicos, salir a recomprar acciones para tratar de que el precio no caiga es como querer remar contra la corriente”, opinó ante La Voz Pedro Cristiá, gerente general de First Capital Markets.

Este fenómeno no se reduce sólo a acciones. El viernes, la empresa Ledesma ofreció recomprar obligacion­es negociable­s (ON) a tasa de interés variable, las que había emitido el 24 de mayo de 2017 por $ 350 millones.

Una acción se diferencia de una ON porque el comprador de la acción adquiere participac­ión del capital de la empresa, mientras que quien accede a una ON compra parte de la deuda. Es decir, en vez de convertirs­e en socio, se convierte en acreedor.

La recompra de ON está sujeta a las cláusulas que se establecen al momento de su emisión. “Algunas compañías han estado hablando con determinad­os inversores para rescatar sus ON. Entonces salen a comprarlas a precio de mercado y eso les permite bajar el nivel de deuda”, indicó Cristiá.

Explicó que esa estrategia la adoptan fundamenta­lmente aquellas compañías que “no tienen necesidade­s de liquidez”. Por ello comienza a ser tentador “recomprar sus deudas, porque se compra con un descuento”.

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(LA VOZ/ARCHIVO) Huida. Los inversores huyen de las acciones argentinas, que están por debajo del valor contable. Tratan de mantenerla­s a flote.

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