Trámites odiosos
Ana Tissera
Deseo comentar los inconvenientes sufridos en torno a una simple operación: la transferencia a mi nombre del viejo automóvil de mi hija.
El trámite se realizó en dos de la Provincia de Córdoba, el Registro del Automotor de calle 27 de Abril al 1200 y el Centro de Verificación del Automóvil ubicado en la calle Duarte Quirós al 3000.
Al primer sitio fuimos dos veces, porque sólo aceptaban DNI y título original del auto (la vendedora tenía pasaporte, copia del título y un formulario 08 firmado en el Consulado argentino). Terminamos en una escribanía con un nuevo 08.
El segundo sitio, el de la verificación, fue un verdadero sainete. Fue imposible lograr un turno
debimos ir personalmente. El día del turno, dos cuadras antes de llegar, una persona agitaba cual Bandera argentina el formulario 12; proclamaba, con razón, que “no lo íbamos a encontrar en otro lado’”. En efecto, “se habían acabado” en la Policía, de modo que volvimos, y pagamos 900 pesos por un formulario que vale 500. ¿Adónde van los 400 pesos de diferencia?
Para acelerar el trámite, pagamos casi 800 pesos. Me pregunto: si había 10 puestos, y tantísimos policías “cumpliendo horario”, ¿por qué sólo funcionaban tres puestos a la vez? ¿Acaso la urgencia significaba para ellos un tiempo extra?
Mientras, a nuestro lado, ponían trabas a una humilde familia que había recuperado una moto robada. Pedí el libro de quejas. Me dieron un cuaderno borrador.