El tiempo de las políticas metropolitanas
Gracia hasta Río Ceballos y desde Saldán o Unquillo hasta Malvinas Argentinas.
La resolución de muchos problemas que enfrenta un gobierno local requiere de una acción que lo trasciende. Amén de la salud, que tanto aflige por estos días, pensemos en la gestión y en el tratamiento de los residuos, el transporte público, el uso del suelo y cuestiones medioambientales como la conservación del bosque nativo o el saneamiento de las cuencas hídricas.
A nivel provincial, los gobiernos locales son demasiados: Córdoba cuenta con más de 420 municipios y comunas. Muchos de ellos, con pocos ingresos y grandes demandas de servicios.
Por lo tanto, una coordinación similar a la que se intenta en el área de la Capital podría ser la alternativa para recrear polos productivos o dotar de infraestructura a regiones que necesitan de un incentivo para generar puestos de trabajo o mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Y en términos más prácticos, podría hacerse cargo del saneamiento de lagos como
Los Molinos o San Roque, tan importantes para sus áreas de influencia.
En la reunión de intendentes, se barajó la posibilidad de abrir un proceso de institucionalización que cuente con el respaldo de una ley provincial. Es el modelo ideal: convertiría a la Legislatura en un espacio de discusión y consenso entre representantes de todos los sectores geográficos y políticos.
Muchas veces se ha dicho que Córdoba y
Santa Fe son dos provincias muy parecidas. Pues bien, allí está el ejemplo del Ente de Coordinación del Área Metropolitana de Rosario, que agrupa a 25 municipios y comunas. En ese caso, no sólo fue necesaria una ley específica, sino también el compromiso del Gobierno provincial.
Nuestra provincia necesita desde hace tiempo repensar las competencias de los gobiernos locales y diseñar un esquema para el trabajo conjunto a nivel regional.
El chiquitaje de la política, para decirlo coloquialmente, lo ha impedido con suma eficiencia. Ha llegado el momento de revertir ese cuadro y obrar en sentido contrario. Esta es la hora del entendimiento entre todos. Quien no lo comprenda, dejará asentada su necedad.