Postergación inevitable
El marplatense Juan Curuchet tocó la gloria olímpica en Beijing 2008, cuando junto con Walter Pérez ganaron el oro en la prueba americana de ciclismo. Además de esa histórica participación en China, representó al país en 1984, 1988, 1996, 2000 y 2004. Desde el conocimiento de lo que significa una cita olímpica, es una palabra más que autorizada y ayer fue lapidario: “Es una locura que el COI no tome medidas para que la competencia sea atrasada”.
Curuchet representa una más de las miles de voces que piden la suspensión de Tokio 2020. Además de que aún casi cinco mil deportistas (de 11 mil) deben clasificarse, algo muy difícil considerando el escenario por esta pandemia, hay que pensar que la cantidad se multiplica por miles sumando entrenadores, dirigentes, jueces, auxiliares, público, periodistas o empleados de la organización, entre otros. La magnitud agiganta la incertidumbre y plantea la postergación como única salida.
Pero claro, la decisión es muy complicada de tomar y Gerardo Werthein, presidente del COA, dio razones, que casi todas pasan por lo económico: “La cancelación significa la caída de los programas de financiamiento para los
Comités Olímpicos nacionales, atletas y entrenadores. Si se pierde todo esto, perderíamos el concepto de universalidad. El COI recauda, invierte una parte en su funcionamiento y reparte sus ingresos entre 206 países. Por supuesto vamos a privilegiar la salud y la seguridad. No se pueden suspender los Juegos tan fácil, es más que 33 campeonatos mundiales juntos”.
Las próximas semanas serán clave, pero todo indica que pese a lo complejo de llevarlo adelante y a las presiones económicas, el aplazamiento será inevitable, mal que les pese a las autoridades olímpicas presididas por Thomas Bach. A su pesar, fue el alemán titular del COI quien ayer debió abrir la puerta a una decisión a la que su cúpula le escapa, pero que miles de protagonistas del deporte reclaman. Se juega tiempo de descuento, pero más temprano que tarde la pandemia obligará a poner el asterisco con la leyenda “postergado” en el gran juego mundial.