Es el momento
Miguel Ángel Reguera
La pandemia llegó y se quedará un buen rato. El tiempo será menor si hacemos las cosas bien. El distanciamiento social y el aislamiento preventivo recién comienzan. Es pues el momento de pensar y privilegiar lo que es esencial, imprescindible y fundamental para preservar la vida y la salud.
La inercia de la vida cotidiana, mandatos ancestrales, nuestra formación cultural nos impulsarán a seguir trabajando, pagar cuentas, sacar a pasear al perro, visitar amigos en su cumpleaños, barrer la vereda y mil cosas más.
Pero es el momento de pensar y cambiar. Hoy más que nunca es el momento de contener emocionalmente, de apoyar a los que se les haga dura esta situación, de llamar a los que están solos, de contestar las dudas de los niños y disipar sus miedos.
Miedos, sí miedos, que estarán presentes en nuestros hogares junto con la tristeza, el aburrimiento, la angustia, la depresión, discusiones por ver quién usa “la compu” Estas y otras emociones negativas como el estrés, el desconcierto, la incertidumbre y el cansancio psicofísico, pueden bajar las defensas y hacernos más vulnerables, en especial a los ancianos y a los grupos de riesgo.
También habrá momentos positivos, como la alegría de compartir una cena todos juntos, o algún hijo que postergó sus tareas o “la Play” para jugar a las cartas con el abuelo. Habrá videollamadas, vecinos solidarios que ayudarán con las compras a los que se vean físicamente imposibilitados de salir, saludos de ventana a ventana y sonrisas de balcón a balcón.
Pero lo importante es que no se pierda de vista el norte. Hoy, es el momento de contenerse afectivamente y priorizar la salud y la vida.
Ya llegará el día de esa venta esperada, ya llegará el tiempo de aprender las capitales de Europa o resolver problemas con números complejos, ya vendrá la ocasión de volver a compartir un beso o un abrazo con los que extrañamos. Todos, debemos entender que este es otro momento, este es “el momento de cuidarnos y de cuidar al otro”.