Una oportunidad para mejorar la convivencia
Claudia Torcomian asegura que la cuarentena es una oportunidad inédita para mejorar la convivencia familiar. Eso sí: hay que diversificar la rutina y regular los tiempos de escuela, de juego, de actividades compartidas, de pantallas. “Padres o madres que no conviven con sus hijos deben llamarlos a diario, una o dos veces al día para conversar. En los niños y en las niñas crece la percepción de abandono u olvido si nos los llamamos”, asegura.
Para Araceli Montoya es fundamental que los miembros de las familias expresen lo que piensan en un clima de confianza para evitar vivir el momento en soledad, lo que puede generar angustias. Además, advierte que los adultos deben ser un filtro del exceso de información para los niños y las personas mayores, ya que “la saturación no ayuda a pensar”.
“Lo que suceda durante este aislamiento en los hogares va a depender de cómo han sido las experiencias previas de las familias. Si ha existido un clima de confianza y buenos vínculos, irán encontrando el modo de contenerse y resguardarse”, sostiene Montoya. Si los vínculos preexistentes han sido de desencuentro, conflicto, violencia, agresión y desconfianza, esas situaciones se pueden profundizar.
“Las familias tienen ante este aislamiento obligatorio una oportunidad de replanteo de sus modos de funcionamiento. A veces, ante el temor por amenazas externas, las personas se predisponen emocionalmente de un modo más favorable. Es decir, se deponen actitudes negativas y se comienza a mirar con más interés lo que al otro le está sucediendo”, remarca.
Asimismo, los especialistas sugieren organizar los tiempos familiares para que la convivencia no sea caótica.