La Voz del Interior

La capacidad de elegir

- Daniel Martínez*

Cuando no somos capaces ya de cambiar una situación, nos enfrentamo­s al reto de cambiar nosotros mismos. Viktor Frankl

Hoy enfrentamo­s una situación inédita a nivel mundial. Las fantasiosa­s historias que vimos en películas se acercan a nuestra realidad cotidiana. Calles vacías, gente encerrada, colas para comprar alimentos, hospitales saturados... Toda esta situación sin duda genera una variedad enorme de emociones: miedo, angustia, ansiedad. Y no es para menos. Está el riesgo del contagio, de la crisis económica, del aislamient­o social, etcétera.

Hay innumerabl­es cuestiones que están fuera de nuestro control. Situacione­s que, por más que queramos, nada podemos hacer para cambiarlas. Si ponemos el foco en ellas, incrementa­mos estas emociones negativas y ello no ayuda en nada.

En cambio, si podemos enfocarnos en aquellos temas que tenemos posibilida­d de cambiar, se nos abre un panorama totalmente distinto. Viktor Frankl, autor de El hombre en búsqueda de sentido, reflexiona y comparte su experienci­a en los campos de concentrac­ión nazis.

Escribe: “Los que estuvimos en campos de concentrac­ión recordamos a los hombres que iban de barracón en barracón consolando a los demás, dándoles el último trozo de pan que les quedaba. Puede que fueran pocos en número, pero ofrecían pruebas suficiente­s de que al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas –la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstan­cias– para decidir su propio camino”.

A pesar de que la situación actual de aislamient­o está lejos de lo que puede haberse vivido en Auschwitz, la experienci­a de Frankl nos enseña que, aun en las peores circunstan­cias, podemos elegir nuestra forma de atravesarl­as.

Siempre contamos con nuestra libertad de elegir. Podemos apegarnos a las circunstan­cias sobre las que no tenemos control o a aquellas que podemos modificar. Es sólo una elección. No es fácil, pero es necesaria para poder vivir la pandemia de una manera más productiva y en paz.

El problema no es el entorno, por cierto muy complejo, sino la manera en que decidimos enfrentarl­o. Este es el dilema. ¿Quién maneja nuestra vida? Las circunstan­cias o nosotros mismos, con nuestras decisiones. Esta es la encrucijad­a que se les presenta a los empresario­s grandes y pequeños, y a los emprendedo­res.

Esto no implica desconocer lo que está pasando: los infectados, los muertos, la crisis económica que vendrá. No, para nada. Significa que no hay que apegarse a eso que no se puede controlar y hay que poner toda la energía en aquello que sí tenemos posibilida­d de modificar. Es una oportunida­d única para mirar la empresa hacia adentro.

Para los empresario­s, es un momento maravillos­o para:

Evaluar los productos y detectar oportunida­des de mejoras o generar nuevos para enfrentar los cambios que se vienen en el mercado.

Investigar las tendencias demográfic­as, socioeconó­micas y del mercado a nivel internacio­nal y nacional.

Revisar procesos que no estaban funcionand­o correctame­nte y dedicarles tiempo para mejorarlos.

Evaluar las competenci­as de los colaborado­res y desarrolla­rlas a través de capacitaci­ones o de coaching virtual.

Brindar devolucion­es a los colaborado­res y definir planes de acción para generar mejoras en el desempeño.

Realizar reuniones de equipo para pensar formas creativas de salir de la crisis con el aporte de cada uno.

Analizar con el equipo gerencial las maneras de reducir costos, generar financiami­ento y diseñar una estrategia comercial para cuando finalice la crisis.

Desarrolla­r el vínculo con clientes y con proveedore­s. Tener presencia.

Pero, por sobre todo, es un buen momento para meterse consigo mismo. Para reflexiona­r sobre el propósito, los proyectos de largo plazo y el liderazgo. Para revisar qué aspectos se necesitan cambiar y empezar a trabajarlo­s.

Esto va a permitir atravesar esta situación de una mejor manera y en paz con uno mismo y con el equipo. Pero, sobre todo, va a preparar a la empresa para estar en mejores condicione­s para salir adelante cuando termine la cuarentena.

ESTE ES EL DILEMA. ¿QUIÉN MANEJA NUESTRA VIDA? LAS CIRCUNSTAN­CIAS O NOSOTROS MISMOS, CON NUESTRAS DECISIONES.

AUN EN LAS PEORES CIRCUNSTAN­CIAS, PODEMOS ELEGIR NUESTRA FORMA DE ATRAVESARL­AS.

* Docente de Uade Business School

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Factor emocional. Importante en las decisiones empresaria­les.

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