Pan y azúcar
Cada día que pasa aumenta más el precio del pan y del azúcar, dos consumos de imprescindible necesidad en la vida doméstica.
El gobierno nacional, con este criterio de “iluminado” que caracteriza la gestión administrativa, mantiene abierta la exportación de trigos y de los productos derivados del mismo cereal y para el saldo de la cosecha azucarera de 1919-1920.
Como consecuencia de esta liberalidad que sólo favorece a los accionistas de ingenio y a los acopiadores de granos, el pan ha llegado a cotizarse a más de 60 centavos el kilogramo, y el azúcar, desde el punto y hora en que se anunció la franquicia para exportar, ha experimentado un alza en los negocios de esta población, llegándose a exigir 65 centavos por el kilo, en las ventas por detalle.