No nos cuiden tanto

¿Cuidamos a los adultos mayores? Sin dudas este debe ser el titular más mencionado en estos meses, pero ¿será cierto?

He tratado de vacunarme en las farmacias adheridas. Las sucesivas promesas y los justificativos de faltante, agregados a un infructuoso turno correspondiente a mi número de documento, me hicieron tratar de conseguir la vacuna en compra directa en cualquier farmacia, gestión también infructuosa. “Se agotó y no sabemos cuándo se repone”, me dijeron.

Debí realizar una gestión personal en el banco, previo sacar turno, esperé en la vereda casi 40 minutos, en un día de calor agobiante. Por supuesto la gente impaciente que debía esperar no tomaba en cuenta la tan remanida “distancia social” recomendada.

Realizo casi todas mis gestiones por home banking, pero no todas son posibles. Tengo casi 85 años y me pregunto: ¿es tan difícil que las personas mayores podamos gozar de un privilegio común en la mayoría de los países civilizados? Que podamos disponer de una atención especial, con el mínimo de colas y de esperas.

Y termino con una más. Cuando llueva o entremos a la época de bajas temperaturas, ¿deberemos seguir esperando en la calle? Por favor, señores funcionarios, no nos cuiden tanto porque si el cuidado será que permanezcamos encerrados y tener que pedir permiso para salir de tu casa, más que cuidado es un incruento castigo.