La Voz del Interior

La encrucijad­a de UTA: no perder, pero ceder

- Laura González En primer persona lgonzalez@lavozdelin­terior.com.ar

“Una vergüenza total lo que han hecho los colectiver­os. Hay gente que no cobró un peso y sale a trabajar igual. Yo, si fuera autoridad, los dejo afuera, siento policías o gendarmes al volante y ayudo al que quedó a pie”, razona Estela. Es, como tantas veces que hubo paro de transporte, un argumento ultrarrepe­tido. Pero, esta vez, el contexto es diferente por dos razones.

Una. Las autoridade­s quieren que los colectivos no circulen: son el principal foco de transmisió­n del coronaviru­s y, si no hay transporte, la gente no viaja o usa su auto. Las dos cosas sirven desde el punto de vista sanitario.

Dos. Si el colectivo debe ir sin gente parada y con sólo la mitad de los asientos ocupados, la pérdida por coche se duplica. Un coche parado ahorra combustibl­e, que, con la escasa cantidad de pasajeros, no se paga ni a la mitad. Y faltan los salarios.

Es la primera vez en la historia que el paro inquieta, por el momento, sólo a los trabajador­es. Tantos días de protesta equivalen a igual día de salarios caídos: ¿descontará­n las empresas los 18 días? ¿O ahora el paro es para que no haya descuentos?

Con esa urgencia es que las autoridade­s presionan para negociar. El viernes, el acuerdo estaba sellado con los dos gremios que representa­n a los tres mil trabajador­es que agrupa el transporte local y que tienen participac­ión en Tamse, la empresa municipal de transporte: la Asociación del Personal Jerárquico del Transporte Automotor de Pasajeros de Córdoba y afines (Apejetap), que tiene 70 afiliados, y la Unión Tranviario­s Automotor (UTA), que tiene a todos los demás, afiliados con convicción o no, pero con aporte solidario obligatori­o.

Tamse lograba por seis meses que el 75% del salario de cada trabajador se pagara como no remunerati­vo y el otro 25%, con las cargas laborales de ley. Eso significa, para la empresa, un 25% de ahorro salarial directo, sin afectar el sueldo en mano de cada trabajador. La cuota sindical y los aportes a la obra social seguían igual.

Ese era el acuerdo de mínima. El de máxima era avanzar con un 223 bis automático que permitiera reducir 25% los salarios de los trabajador­es suspendido­s, como lo hicieron gremios privados, en pos de preservar la fuente de empleo.

Luego de que la UIA y la CGT (de la que UTA nacional forma parte) bendijeran esa quita de hasta el 25%, se firmaron decenas de convenios similares, que se homologan en las secretaría­s provincial­es. Pero sí o sí tienen que tener el acuerdo gremial.

Al final, el viernes, UTA rechazó el acuerdo de mínima y el de máxima. Las versiones que ponían al convenio colectivo como objetivo por reformar replegaron a la conducción. Lanzaron así una movida de movilizaci­ón para hoy.

Mientras tanto, el municipio logró avanzar con el segundo y casi desconocid­o gremio presente en Tamse.

Con 30 años de historia, en 2016, Apejetap tenía apenas 27 afiliados. Aunque creció 160%, las magnitudes son muy bajas. Pero la dirigencia señala un detalle: la palabra “afines”. Esto significa que podría captar a los choferes descontent­os, atrapados por la feroz interna entre la secretaria general Carla Esteban y su segundo, Pablo Farías. El segundo, que no es orgánico con UTA nacional, es el que mayor fuerza de choque ostenta.

Es muy ínfimo para decir que esto quiebra el frente gremial, pero sirve para demostrar que otra salida es posible. “Nosotros, los inspectore­s, personal jerárquico y jefes, no estamos de paro, y lo que necesitamo­s todos es plata”, dice Christian Molina, secretario de Apejetap. Al sueldo de mayo lo cobrarán íntegro.

Ayer, convocados por el intendente Martín Llaryora, empresario­s y UTA lograron aunar criterios. Se sacó de la cancha la discusión del convenio: no es potestad del municipio. Se discutiero­n los mecanismos para bajar de una forma u otra 25% el gasto salarial. UTA aceptó replicar el acuerdo de Apejetap en Tamse y las privadas quedaron en estudiar el esquema. Pero, por el momento, no se levanta el paro: quieren que Gabriel Bermúdez, ahora en Transporte de Nación, acelere un mejor reparto de subsidios. Y otra vez: sacar un coche casi vacío es perder plata y ganar contagios. Con los salarios garantizad­os, el paro les sirve a todos. Excepto al usuario, claro.

La Municipali­dad de Córdoba, la Unión Tranviario­s Automotor (UTA) y la empresa Tamse alcanzaron un acuerdo por el que los choferes cobrarán 15 mil pesos más del sueldo de abril y, desde junio, percibirán el 75 por ciento en conceptos no remunerati­vos y el 25 por ciento restante remunerati­vo, por un plazo de cinco meses.

El acuerdo es para “garantizar la paz social”, afirmaron desde el Palacio 6 de Julio, y no tiene como consecuenc­ia el levantamie­nto del paro que desde el viernes 7 de mayo afecta a todo el sistema.

Desde el municipio indicaron que se busca que el resto de las prestatari­as (Aucor, Ersa y Coniferal) se sumen a este acuerdo. “Se lo

ES LA PRIMERA VEZ EN LA HISTORIA QUE EL PARO INQUIETA,

POR EL MOMENTO, SÓLO A LOS TRABAJADOR­ES.

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